Desde el 17 al 23 de marzo de 2020 rige toque de queda. Foto: EFE
Tanto la ONU como las autoridades iraquíes mostraron este jueves 19 de marzo de 2020 su alarma porque el toque de queda impuesto en todo el país desde el 17 hasta el 23 de marzo para frenar la expansión del coronavirus no está siendo respetado por los ciudadanos, mientras han fallecido 13 personas.
El Ministerio de Sanidad iraquí pidió hoy en un comunicado a la Comandancia de Operaciones Conjuntas, que reúne a todas las fuerzas y cuerpos de seguridad, que “asuma su responsabilidad de imponer el toque de queda por completo y evitar las reuniones y el movimiento de personas dentro de las ciudades o entre las provincias“.
En este sentido denunció que hay muchos peatones en las calles y carpas de visitantes en las carreteras que llevan a Bagdad y otras provincias, además de vehículos y motocicletas, incluidos taxis y transporte público, y una gran cantidad de tiendas están abiertas, contraviniendo el toque de queda.
Además, debido a la presencia de un gran número de personas “los equipos sanitarios han dejado de desinfectar las calles y zonas residenciales”, una de las medidas para frenar la propagación del covid-19.
El Ministerio recordó que desde 17 al 23 de marzo está prohibido el movimiento de personas y todas las reuniones, especialmente las peregrinaciones religiosas.
“Responsabilizamos a quienes han tardado en implementar las decisiones y permitieron que el movimiento y las reuniones de personas aumenten la propagación del virus, lo que causará la muerte de más gente.
El hecho de no implementar el toque de queda, en Bagdad en particular, no sucede en ningún otro país”, según la nota.
En algunos puntos de Bagdad, sobre todo en la céntrica plaza Tahrir, siguen reunidos los manifestantes que desde el pasado mes de octubre exigen reformas políticas y más oportunidades económicas y servicios públicos, y que no parecen dispuestos a acatar el toque de queda de unas autoridades que consideran corruptas e ineficientes.
Asimismo, las peregrinaciones a los santuarios chiíes prosiguen, aunque con menos afluencia de fieles, que tampoco se muestran dispuestos a respetar las restricciones.
Por su parte, la misión de la ONU en Irak pidió que se restrinjan las reuniones de muchas personas “que difunden el virus rápidamente” y se respeten las directrices de las autoridades en ese sentido.
Irak “ha conseguido hasta ahora contener la propagación del virus, pero el éxito no deben llevar a la complacencia. La lucha está lejos de haber terminado”, advirtió la UNAMI en un comunicado.
Asimismo, alabó que las autoridades religiosas hayan pedido a los fieles que se queden en casa y eviten las peregrinaciones, y que el Gobierno haya tomado medidas para evitar reuniones colectivas, pero instó a los ciudadanos a que se comprometan con esas normas, a pesar de que sea “difícil en estas fechas”.
Irak fue uno de los primeros países de Oriente Medio en registrar casos de coronavirus por su cercanía con Irán, país con el que mantiene estrechas relaciones políticas y económicas, y con el que ha tenido que cerrar sus fronteras desde el estallido de la pandemia.