El índice de la calidad de aire en la capital estuvo en 155 en la mañana de ayer. Este valor no debe superar los 100. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO.
“Abrí la ventana de mi habitación y desde la calle me llegó un aire ahumado yen el horizonte se observaba un color gris”. Así, Irma Caiza, del barrio Edén del Valle 3, en el centro-oriente de Quito, explicó cómo amaneció el viernes 1 de enero del 2021 buena parte del Distrito Metropolitano.
La quema de monigotes y los juegos pirotécnicos provocaron que en las primeras horas del viernes, el aire de la capital superara el índice de calidad.
Desde varios puntos de la urbe fue fácil divisar capas oscuras que la cubrían, pese a que el Inamhi anunció cielos parcialmente nublados.
La moradora del Edén del Valle 3 mencionó que ella tampoco olvidó la tradición de fin de año, por lo que confeccionó un viejo del coronavirus, pero lo incineró en la chimenea de su hogar para evitar una gran humareda en la calle.
Agregó que fue mejor obedecer a las autoridades municipales que prohibieron su quema, debido al creciente aumento de casos de covid-19. Hasta el viernes se reportaron 69 799 contagios en la capital.
Otros habitantes no hicieron caso a las recomendaciones de las autoridades. “Grandes columnas de humo se divisaban en el barrio La Tola”, contó Marco Rubio, vecino de la Loma Grande. En su barrio se evitó esa costumbre, dijo.
De ahí que la Red Metropolitana de Monitoreo Atmosférico de Quito (Remmaq) detectó que la calidad del aire estuvo en estado de ‘precaución’. Es decir, los adultos mayores, enfermos y niños debían limitar su salida al exterior; y la población en general debía evitar las actividades al aire libre.
Para que la calidad del aire se encuentre en condiciones aceptables no debe superar el valor de 100 IQCA (índice quiteño de calidad de aire), pero hasta la media mañana de ayer mostró un valor de 155, informó la Secretaría Metropolitana de Ambiente. En el 2019 esta medida fue de 101.
La emisión de gases contaminantes de los monigotes y fuegos artificiales desprenden dióxido de nitrógeno y de azufre, material particulado PM2.5, entre otros.
Los sectores más afectados fueron: Guamaní y Chiriyacu, Centro Histórico, Carapungo y Belisario Quevedo.
Los restos de la quema de monigotes no se evidenciaron durante la operación de recolección de ayer, confirmó la Empresa Pública Metropolitana de Aseo (Emaseo EP). Todo porque, como agregó Lenín Carrasco, presidente del barrio Reino de Quito (sur de la capital), los vecinos tuvieron el cuidado de recoger los restos y dejar limpias las calles.
Los equipos de trabajadores realizaron sin novedad sus jornadas de limpieza, barrido y recolección de residuos sólidos, y hasta las 14:30 habían recogido más de 1 900 toneladas.
Este año, si bien las autoridades prohibieron la venta de monigotes, los comerciantes los vendieron de forma clandestina. Es más, para que la autoridad no lo notara se elaboraron muy pequeños, para quemarlos en el patio de las casas o en la vereda, como ocurrió en algunos barrios del sur de la urbe, agregó Carrasco.
“En mi barrio les rogué que evitaran quemar al viejo, en consideración de los enfermos, de los viejecitos y de los niños. Y lo hice casa por casa; algunos hicieron caso, pero otros no”, agregó el dirigente.
Para que el aire de Quito esté contaminado, también incidieron los espectáculos lumínicos que se observaron en varias zonas, pese a que la Intendencia de Policía de Pichincha controló su venta.
Solo el 31 de diciembre pasado, el personal de la institución y los efectivos de la Policía Nacional decomisaron cerca de 6 000 unidades de material lumínico en sectores que tradicionalmente los venden: Tumbaco, Los Chillos, La Delicia y Eugenio Espejo.
Pero los operativos se extendieron al cantón Cayambe, en donde se suspendieron cuatro eventos no permitidos en Malchinguí y Tabacundo. En uno de ellos se encontró a 150 personas, incluidos menores de edad, que participaban de un evento deportivo.
En Rumiñahui se realizaron controles de orden y de libadores en San Rafael, San Joaquín y Selva Alegre; se suspendió un evento no permitido y se cerró un establecimiento en donde se ofrecían bebidas ilimitadas a manera de barra libre, mencionó la Intendencia.
El control también fue de monigotes, pero la gente buscó la manera para hacerlos en el interior de las casas. Irma Caiza contó que su año viejo fue realizado por su hijo y su esposo, para quemarlo y que nunca vuelva un año tan complicado como fue el 2020.