Las aglomeraciones son constantes en el centro de Ambato, pese a los controles. Foto: Glenda Giacometti
Hace un año, el Gobierno Nacional decretó el estado de excepción por el covid-19 y anunció la paralización de varias actividades, la suspensión de los vuelos, cierre de fronteras y otras restricciones.
Un día después (17 de marzo del 2020) entró en vigencia el toque de queda (de 21:00 a 05:00). La circulación vehicular se restringió por días y solo para el abastecimiento de alimentos y medicinas.
Esas primeras disposiciones fueron vitales para contener la expansión de los casos positivos. De no haber aplicado el confinamiento, el virus hubiese sido incontrolable o el país hubiese tenido que vivir por dos ocasiones la cuarentena.
Así lo comentó Juan Zapata, director del ECU-911 y presidente del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional. Él recordó que desde las primeras reuniones de este organismo se han tomado decisiones basadas en informes epidemiológicos.
Desde ese mes y hasta junio rigieron medidas restrictivas generales, que se extendieron durante la semaforización que se inició el 13 de abril.
Pero desde septiembre, cuando finalizó el estado de excepción, las alertas por aglomeraciones y otros incumplimientos han ido en aumento.
Las incivilidades más numerosas son por personas que ingieren licor, seguidas de los escándalos públicos y privados. En ambos casos, el ECU-911 registró sobre las 300 000 alertas por cada una, hasta el 14 de marzo. Los cantones que lideran las estadísticas de las dos faltas son Guayaquil y Quito.
Las aglomeraciones se encuentran en tercer lugar con 179 178. En este caso, también la capital y Guayaquil están en los primeros lugares, le siguen Cuenca, Babahoyo y Ambato.
Las fiestas clandestinas se ubican en cuarto lugar, con 54 311 reportes, que se han concentrado principalmente en Guayaquil, Esmeraldas, Quito, Manta y Santo Domingo.
En todo el país se mantienen prohibidos los eventos públicos, las fronteras siguen cerradas, se da prioridad al teletrabajo y las clases virtuales continúan en la mayoría de instituciones educativas.
El COE nacional ha exhortado en varias ocasiones a los municipios para que apliquen limitaciones de aforo y otras restricciones, que han sido acogidas por municipios como el de Guayaquil. Allí rigen aforos limitados para locales y unidades transporte urbano.
De los 221 cantones, en 77 ya se han habilitado los bares y en otros 76, las discotecas.
El tránsito aún tiene limitaciones en ciudades como Quito, Ambato y Cuenca. En esta última urbe, la circulación se restringe de 23:00 a 05:00.
En Cuenca siguen prohibidas las fiestas y la indisciplina es recurrente en espacios como la feria El Arenal. Hay operativos disuasivos principalmente los fines de semana, y están dirigidos a los conductores y bebedores.
En Ambato rige la restricción vehicular de 21:00 a 05:00. En entidades financieras y locales comerciales el aforo permitido es 30%. Los buses interprovinciales pueden circular con 75% de su capacidad ocupada; los urbanos e institucionales llevan usuarios sentados.
Sin embargo, en esta urbe persisten las aglomeraciones en ferias clandestinas, el comercio informal y fiestas. Estas son controladas y desarticuladas por agentes de control.
En Guaranda, el COE cantonal resolvió restringir el desarrollo de toda actividad deportiva. Allí se mantienen cerrados bares, discotecas, centros nocturnos y karaokes.
En Santo Domingo siguen vigentes la restricción del 75% de aforo en los buses y centros de diversión nocturna y los controles para que se cumplan las medidas de bioseguridad.
En Riobamba, los comercios y restaurantes pueden funcionar a un 50% de su capacidad. La venta de bebidas alcohólicas está prohibida entre las 20:00 y las 08:00, y tampoco se permiten las reuniones con más de 30 personas.
“No hemos tenido un incremento exponencial de casos y eso evidencia que las medidas han sido acatadas por una gran parte de la ciudadanía”, indica el alcalde, Napoleón Cadena.
Si bien la semaforización quedó como un mecanismo opcional para los cantones, en varias localidades se ha mantenido este esquema. Tulcán, por ejemplo, estuvo 36 días en rojo, entre el 13 de enero y el 18 de febrero pasado, ante el incremento de casos.
Según la Coordinación Zonal de Salud, los 1 293 casos confirmados en enero representan el mayor número desde el inicio de la pandemia. En este cantón se mantiene el aforo del 50% para diferentes actividades. Los bares, discotecas y centros de tolerancia volvieron a cerrar y está prohibido el consumo de licor en espacios públicos.