María: 'Cuando esperábamos que abriera la cajuela para sacar las compras, el taxista arrancó'

Imagen referencial. Cuando llegaron a su vivienda, la mujer le pagó la carrera al conductor y cuando se bajó del vehículo, el hombre arrancó sin entregarle la comida que compró. Foto: Archivo EL COMERCIO

Imagen referencial. Cuando llegaron a su vivienda, la mujer le pagó la carrera al conductor y cuando se bajó del vehículo, el hombre arrancó sin entregarle la comida que compró. Foto: Archivo EL COMERCIO

Imagen referencial. Cuando llegaron a su vivienda, la mujer le pagó la carrera al conductor y cuando se bajó del vehículo, el hombre arrancó sin entregarle la comida que compró. Foto: Archivo EL COMERCIO

El hecho ocurrió cerca de las 15:30 del sábado 23 de febrero del 2019, en el norte de Quito. María (nombre protegido) fue de compras a un supermercado, junto a su hija, y tomaron un taxi para movilizarse a su casa. Cuando llegaron a su vivienda, la mujer le pagó la carrera al conductor y cuando se bajó del vehículo, el hombre arrancó sin entregarle la comida que compró.

A continuación su testimonio:

"Hicimos compras en un supermercado, ubicado en el sector de La Y, con mi hija. Salimos del local para buscar un taxi; empleados nos ayudaron a llevar las bolsas. Apareció un carro amarillo. El chofer de ese vehículo nos ayudó a colocar las cosas en la cajuela.

Hasta ese momento, todo era normal. Le pedimos al conductor que nos traslade a nuestra casa en Cotocollao. Mientras nos movilizábamos en el auto, el hombre que conducía nos observaba todo el tiempo por el retrovisor, lo cual nos pareció bastante raro.

Cuando finalmente llegamos, nos cobró USD 3,75. Antes de bajarnos, nos dijo que tengamos cuidado y que no nos llevemos las cosas que él compró. Le pagué la carrera, nos bajamos del carro y cuando esperábamos que abriera la cajuela para sacar nuestras fundas de comida, el hombre arrancó y comenzó a alejarse rápidamente.

Me enojé mucho y le dije a mi hija que este tipo no nos va a robar, esto no se iba a quedar así. En ese momento, otro taxi pasó frente a nosotras, le hicimos parar y le pedimos que le siga. Al principio, parecía que se escapaba, pero a lo lejos le alcancé a ver porque en la ventana posterior tenía la publicidad electoral de un candidato.

Le dije al joven que manejaba el taxi en el que le seguíamos que no lo pierda de vista. En el trayecto, él nos dijo que decidamos pronto lo que íbamos a hacer porque nos podía parar un semáforo y el tipo del otro carro amarillo se iba a escapar.

Nos comunicamos con la Policía, pero no nos ayudaban. Mi hija intentaba comunicarse una y otra vez y solo le decían que nos iban a mandar una moto o un patrullero.

Cuando llegamos al sector de La Florida, mi hija se bajó del carro y pidió ayuda a unos agentes que estaban en un patrullero. El joven que nos ayudaba le cruzó su taxi. El hombre que se llevó nuestras compras me preguntó "¿qué le pasa?" yo le contesté que devuelva nuestras compras y lo negó.

Tras insistir, el hombre abrió la cajuela y me dijo, señora ¿qué culpa tengo yo de que se olvidó las fundas? Al final, él nos manifestó que se había imaginado que nos llevamos las cosas y por eso se fue.

Le hicimos un escándalo para que las devuelva. Al llegar, los policías ni siquiera le llamaron la atención. En esos momentos llovía y los agentes me consultaron si iba a denunciar lo que ocurrió en la Fiscalía y yo inicialmente accedí. Luego me indicaron que no me podía llevar las compras porque quedaban como evidencias. Luego, desistí hacerlo porque iba a perder la comida mientras seguía ese proceso.

Yo me imaginé que, por lo menos, los uniformados le iban a llamar la atención y nada de eso. El conductor que quiso perjudicarnos nos dijo que no nos hagamos problema y que nos llevaba a casa sin cobrarnos la carrera, pero no le hice caso. Temía que nos hiciera daño.

En el otro taxi nos regresamos a nuestro hogar. Es la primera vez que nos pasa algo así".

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