Una comisión especial investiga las causas del deslizamiento en El Troje

Una imagen desde el dron muestra el derrumbe en El Troje, sur de Quito, que hizo que la tierra cubriera un tramo del canal de agua del río Pita, con el que se dota del suministro a los barrios del sur y centro norte de Quito. Foto: Vicente Costales/ EL CO

Una imagen desde el dron muestra el derrumbe en El Troje, sur de Quito, que hizo que la tierra cubriera un tramo del canal de agua del río Pita, con el que se dota del suministro a los barrios del sur y centro norte de Quito. Foto: Vicente Costales/ EL CO

Es la escombrera más grande de Quito, y el martes 5 de diciembre del 2017 por la noche colapsó: 150 000 m³ de tierra se deslizaron montaña abajo taponando 300 metros del canal de agua Pita-Puengasí, por donde va el líquido vital para abastecer a 600 000 personas, casi el 25% de la población de Quito.

El deslizamiento, que abarcó 1,5 km de extensión, dejó un obrero fallecido, Jorge Taboada (58 años), cuyo cuerpo fue hallado el jueves por la tarde.

En una escombrera autorizada, los materiales son dispuestos de manera técnica en terrazas y son compactados para evitar accidentes. ¿Qué fue lo que pasó entonces?

Según Juan Zapata, secretario de Seguridad del Municipio, se formó una comisión multidisciplinaria entre la Emgirs, la Epmaps y la Secretaría de Riesgos para investigar las causas del deslave. Al haber una persona fallecida, dijo, hay que tener cuidado con la información que se emite. Espera que el informe esté listo en los próximos días.

Sobre la pregunta de si los lodos fueron los causantes del hecho, Zapata respondió: “Ustedes lo vieron, todos llegaron y, efectivamente, hay tomas, pero es muy delicado anticiparnos porque hay una persona desaparecida”.

Al llegar al lugar del accidente había una enorme capa de lodo cubría la zona.

Cada día, el Troje recibe entre 4 000 y 6 000 m³ de material, es decir unas 700 volquetas cargadas de tierra, piedras, arena... Pero también llegan las tierras húmedas que salen de la construcción del Metro.

La escombrera está dividida en sectores. Tiene dos cubetos especiales para recibir lodos, ya que estos merecen un tratamiento especial. Según el Metro de Quito, el 100% del material que sacan las tuneladoras está saturado de agua.

El primer cubeto de lodos tiene capacidad para recibir 500 000 m³, y se encontraba lleno. Se trata de un espacio delimitado con paredes de 6 m de alto, que cuenta con un sistema especial de drenajes que retienen la tierra y ayudan a retirar el exceso de agua.

Hay otro espacio destinado para un segundo cubeto de lodos con capacidad para recibir 200 000 m3 adicionales. Pero el dique del relleno que cedió no se encuentra en los cubetos de lodos, sino en una zona donde no se debería colocar tierra húmeda.

Jorge Merlo, presidente del Colegio de Ingenieros de Pichincha, señala que una escombrera es un relleno que debe hacerse por capas bien compactadas, y que al ser una obra de ingeniería, debe ser supervisada todo el tiempo por un experto. Si existiera un manejo antitécnico, el propio peso del material podría provocar deslizamientos.

Indica, además, que cuando ingresa material muy húmedo, debe ser descargado y tendido hasta que se evapore el agua y se logre una unidad óptima para ser compactada.

Los días de sol (como los que hemos tenido últimamente) ayudan a ese proceso. Una tierra demasiado húmeda, dice, no es fácil de compactar.

Advierte que para poder emitir un criterio sobre lo que ocurrió en El Troje se necesitaría hacer varios estudios.

La pregunta cae por peso propio: el haber construido una escombrera en la parte alta de un canal de agua que abastece a gran parte de la población, ¿refleja falta de planificación? ¿Era ese el lugar adecuado para una escombrera?

Merlo sostiene que en ese lugar sí es posible habilitar una escombrera, siempre y cuando se tomen las medidas de seguridad necesarias para que su operación no afecte al canal. Se pudo haber construido una bóveda, y tapado el canal, para así, en caso de deslizamientos, evitar la contaminación, dice.

Sobre el porqué se habilitó una escombrera en una zona sobre el canal de agua que abastece a Quito del servicio, la Emgirs manifestó que las escombreras de El Troje fases I, II y III se encuentran en el mismo sector desde hace tres años y cuentan con una licencia ambiental otorgada por la Dirección Provincial de Ambiente de Pichincha.

Al ser preguntada sobre si el lodo ocasionó el problema, la Emgirs respondió que están realizando análisis técnicos para determinar la calidad del material que ingresó.

Según el alcalde Mauricio Rodas, la madrugada del jueves  finalizó la limpieza y encofrado del canal Pita. Se realizó la fundición de las paredes del canal. Se espera que a partir de la tarde de hoy se empiece poco a poco a normalizar el servicio por fases.

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