Un grupo de comerciantes del Comité del Pueblo acudió a la Agencia Metropolitana de Tránsito. Foto: Diego Puente / EL COMERCIO
Los comerciantes formales de la calle Jorge Garcés experimentaron un decrecimiento en las ventas. Ellos afirman que la principal razón es porque los conductores no pueden estacionarse para realizar compras en ese punto del Comité del Pueblo, en el norte de Quito.
Por esa razón, unos 50 comerciantes acudieron el miércoles 25 de noviembre del 2015 a las oficinas de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT) para pedir la instalación de zonal azul.
Las ventas supuestamente bajaron en un 80% desde que el pasado 12 de noviembre, el Municipio reubicó a los comerciantes informales que trabajaban en tiendas improvisadas, sobre las veredas. Eduardo Pillajo, dueño de Calzado Lesly, dijo que compradores no faltan, pero que el problema radica en que no pueden estacionar sus vehículos.
El Municipio, a través de la Agencia Distrital de Comercio, invirtió recursos para construir un Centro Comercial en el Comité del Pueblo. Y de esta forma recuperar el espacio público.
Pero Pillajo se queja por las multas que imponen los agentes a los conductores por parar sus vehículos en la calzada. “Cuando les multan ya no regresan más a comprar. Nuestros clientes son de la Kennedy, Carapungo, La Delicia y necesitan carro”.
Pillajo dice que los fines de semana solía vender USD 300 en mercadería. Ahora no llega ni a los USD 50. Esto le perjudica porque tiene que pagar arriendo, pagar a proveedores y a empleados.
Los dueños y arrendatarios se agruparon. Se autodenominan ‘Voceros de Locales Comerciales’. Es una especie de asociación (no legalizada) en la que están inscritos 150 representantes.
El coordinador de esta organización, Luis Iza, dijo que tienen propuestas. Piden a las autoridades municipales que habiliten un sistema de parqueo tarifado (zona azul) en un costado de la vía.
Así no se multaría a los clientes que quieren comprar o comer y no se atentaría contra el orden de la ciudad.
También solicitan que los buses de transporte público regresen a la ruta original. Hasta hace 15 días recorrían por toda la Jorge Garcés, ahora solo circulan por dos cuadras de esta vía. Esto perjudica los negocios, principalmente, de comida.
María Gallardo prepara yahuarlocros, menudo y otros platos típicos. Ella reclama porque sus clientes eran los peatones que esperaban el bus. “Ahora ya no llegan y estoy botando la comida porque todo se desperdicia”, señaló.
Desde el pasado 12 de noviembre hay un constante patrullaje de policías nacionales, metropolitanos, agentes de tránsito y personal de la Agencia de Control que se encargan de vigilar para que los comerciantes reubicados (o nuevos vendedores) no se tomen esta calle que permaneció ocupada durante tres décadas.
Los vendedores formales no encontraron una respuesta positiva a su pedido en la Agentecia Metropolitana de Tránsito. Fueron direccionados a la Empresa de Movilidad y Obras Públicas para que realicen el pedido. Quieren un acuerdo porque la Navidad se aproxima y ellos quieren una solución para tener réditos económicos en esa temporada.