Los jefes negociadores del Gobierno colombiano y del ELN, Mauricio Rodríguez y Pablo Beltrán, en Caracas, durante el anuncio del proceso de paz. Cristian Hernández / EFE
Ecuador se congratuló con el inicio de la negociación pública de la paz entre el Gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Sin embargo, la presidenta de la Asamblea Nacional, Gabriela Rivadeneira, aclaró que aún hay un tema pendiente en la relación entre Bogotá y Quito: la reciprocidad.
La titular del Legislativo recordó que Ecuador acoge a todas las personas que han salido de su país por el conflicto armado, con todos los derechos.
“Pero qué corresponsabilidad estamos teniendo de los países cuya población es significativa en el nuestro. Nosotros también tenemos una comunidad de ecuatorianos viviendo en Colombia. Esos temas hacen falta todavía concretar en las relaciones binacionales”.
Por eso, una de las prioridades para la Asamblea Nacional, en lo que le queda del actual período, será la Ley de Movilidad Humana.
La Comisión de Relaciones Internacionales está por presentar el informe, para primer debate. “La Ley de Movilidad Humana recoge con claridad las responsabilidades del Estado, frente a los procesos migratorios internos y fronterizos. Esperamos que en la primera quincena de noviembre ya se pueda dar el debate”. Rivadeneira aseguró que la norma se ha construido con aporte de organismos internacionales, como la Agencia de la ONU para los refugiados (Acnur), que son expertos en el tema.
El canciller ecuatoriano, Guillaume Long, también había advertido el lunes por la noche de las “terribles consecuencias del conflicto” para la población. Y que Ecuador es el que más refugiados acoge en América Latina y el Caribe.
“Con la paz podremos abrir un escenario de prosperidad, de desarrollo para nuestros pueblos hermanos”, indicó. Y destacó la complejidad que representa para el país la frontera con Colombia, por ejemplo, en lo que a seguridad se refiere.
Según los informes del Ejército colombiano, el ELN opera en toda la zona occidental del vecino país, con unos 1 300 guerrilleros. Los subversivos están distribuidos en 26 frentes rurales, uno urbano y 13 compañías.
Una de las facciones más fuertes opera en Nariño, precisamente el departamento colombiano que limita con Esmeraldas y Carchi. Al menos 300 insurgentes se encuentran en municipios cercanos al océano Pacífico.
En este escenario, San Lorenzo, cantón esmeraldeño situado en la frontera, es una de las zonas más vulnerables. Ha sido frecuentemente golpeado por las operaciones de los denominados Grupos Armados Irregulares de Colombia (GIAC), entre ellos el ELN.
Inteligencia militar ecuatoriana incluso refiere que la guerrilla utiliza puntos clandestinos en esa zona para actividades de narcotráfico y minería ilegal.
En este contexto, los dos gobiernos acordaron retomar las reuniones entre cancilleres, ministros de Defensa y del Interior “para hacer un seguimiento riguroso a cada uno de los pasos del proceso de paz” y toda la planificación que vendrá después.
Ya que tras la desmovilización ambos estados deberán ocupar las zonas que estaban tomadas por la guerrilla y mejorar la atención a la población de la frontera.
Está previsto que el 27 de octubre empiecen, en Quito, las conversaciones formales para este segundo proceso de paz en Colombia. “Gran noticia, porque demuestra que, pese al resultado del 2 de octubre, la paz es irreversible”, escribió ayer el presidente Rafael Correa, en su cuenta de Twitter.
Sobre la duración de la negociación, el canciller Long aseguró que puede variar. Recordó que en el caso de las FARC tomó casi cuatro años, pero expresó que aspiran a que se logren acuerdos “en mucho menos tiempo”. Ecuador ha participado en las reuniones preparativas para este proceso durante tres años.
Long, no obstante, advirtió que es probable que cada una de las mesas de negociación se prolongue durante, al menos, varias semanas.
El secretario General de la OEA, Luis Almagro, también se congratuló con el anuncio y lo consideró “un avance concreto y esperanzador hacia una paz completa” en Colombia. Almagro aplaudió “la disposición de las partes para retornar a la mesa e iniciar un proceso de diálogo incluyente” y destacó que se haya otorgado “un papel muy activo a la sociedad civil y otros sectores de la ciudadanía colombiana”.
El acuerdo con el ELN
El Gobierno de Colombia accedió a liberar algunos presos del ELN. El arzobispo de Cali y facilitador de los diálogos, monseñor Darío Monsalve, dijo ayer que esto fue clave para “descongelar” las negociaciones. Algunos de ellos han sido gestores de la paz y “seguramente van a estar en la mesa de Quito” , dijo Monsalve a Caracol Radio.
El ELN también acordó liberar a sus secuestrados y detenidos. Dos de ellos, antes del inicio formal del proceso.