El abogado Danny Gaibor (chaqueta negra) atiende a una persona cuya placa del automóvil fue clonada. Foto: EL COMERCIO.
Las placas de los vehículos son clonadas en talleres clandestinos. Con impresoras a láser, las bandas falsifican las series y les dan forma y tamaño exactos a las originales. Los sellos de la Agencia de Tránsito (ANT) también son replicados con los colores exactos.
Los grupos que se dedican a esta operación ilegal usan estos mecanismos con dos propósitos. El primero, vender carros robados y el segundo, usar los autos para cometer ilícitos.
Este último hecho es frecuente en el país, especialmente en las ciudades de Quito, Guayaquil y Santo Domingo de los Tsáchilas. Así lo revela la fiscal General subrogante, Thania Moreno.
En el 2016 y 2017 se identificó que carros con series adulteradas estaban vinculados a delitos como robos a personas, asaltos a domicilios, secuestros, homicidios y asaltos a clientes de bancos.
En Quito, Mayra Peñalosa fue víctima de las bandas hace 15 días. Tres personas la atacaron en Carcelén, un barrio del norte. Le quitaron un computador portátil y su cartera.
Recuerda que memorizó las placas y cuando vio en el sistema de la ANT, las características del automotor no eran las mismas: los sospechosos huyeron en un auto negro y la que aparecía en el sistema oficial era una camioneta roja. Los agentes le dijeron que se trataba de series clonadas.
En los cinco primeros meses de este año, la Policía de Quito ha detenido a 202 carros con las láminas falsas. El jefe de la Policía Judicial de Pichincha, Fausto Olivo, dice que incluso se han encontrado con placas clonadas hasta cuatro veces.
¿Cómo los identifican? La mayoría es detectada en operativos policiales.
Sin embargo, desde mediados del año pasado, esa tarea se ha complicado, pues existe un retraso en la entrega de placas originales por parte de la Agencia Nacional de Tránsito.
Eso ha hecho que en la ciudad circulen carros con placas de papel pegadas en los parabrisas y los agentes dicen que eso vuelve más compleja la identificación de los sospechosos.
Pero la ANT ha informado que no existe tal retraso y que la emisión de los dispositivos se desarrolla con normalidad en el país. Además, ha explicado que la entrega se hace conforme a un cronograma.
En el Puerto Principal, la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM) también dice que los retrasos de la Agencia Nacional de Tránsito han originado problemas en los controles a los automotores en la vía pública. “No se los puede identificar en caso de que sean utilizados para el cometimiento de un delito”, comenta Carlos Orellana, coordinador de registro vehicular de la ATM.
Por eso, en esa ciudad se ha optado por no entregar placas provisionales de papel. De hecho, la entidad municipal ha prohibido que los carros circulen con esas identificaciones no aptas. En esa ciudad ya han ocurrido asaltos.
Uno de esos incidentes ocurrió el pasado 3 de mayo. Tres personas fueron detenidas en un auto, luego de que amedrentaron a un hombre con pistolas. Los sospechosos le quitaron el celular y huyeron.
Los agentes que los interceptaron encontraron celulares y dinero en el automotor. Por eso se sospecha que habrían cometido más ilícitos.
Según las investigaciones, la banda operaba especialmente en las noches y en los barrios populares de Guayaquil.
En esa ciudad, desde enero hasta el 30 de abril de este año, 110 vehículos que fueron robados y clonados por organizaciones delictivas han sido recuperados. Los agentes señalan que a la semana son descubiertos entre seis y siete vehículos con placas duplicadas de forma irregular.
A esos automotores les hicieron pericias químicas. En esos análisis se revela que las láminas son pintadas con soplete y bajo moldes tomados de placas originales.
Investigaciones de la Policía también indican que los sospechosos toman los datos de las láminas originales que se encuentran en las bases de datos oficiales. Su propósito es encontrar automotores de similares características para colocar y usarlas ilegalmente.
De esta forma las bandas pueden confundir a compradores y vender los vehículos robados como si fueran automotores originales.
Esos casos se han detectado en Santo Domingo de los Tsáchilas. El año pasado, el 5% de los 200 vehículos robados que fueron recuperados había sido clonado y vendido a
otras personas.
Entre esos carros están vehículos con placas que aparentemente eran de Pichincha. Las bandas también se fijan en dónde está el vehículo original para evitar circular en una misma ciudad.
Eso le ocurrió a Jefferson, un hombre que en marzo pasado se dio cuenta de que su carro tenía un “gemelo” en Loja.
Él compró el auto en el 2015 y lo matriculó normalmente en el 2016. Pero este año, cuando fue a realizar los trámites, le dijeron que su auto era clonado y la Policía le retiró para investigaciones. Ahora, su caso es defendido por Danny Gaibor, un abogado especializado en casos de tránsito. El jurista dice que en el último año su estudio jurídico ha defendido, al menos, a 33 víctimas.
Una de las perjudicadas es Lourdes. Ella vive en Riobamba y hace dos meses la Policía también le confirmó que la placa de su carro fue clonada, pues la original está en Quito.