El Chimborazo pasa por un ciclo interglaciar

Esta imagen muestra la quebrada por donde bajaron los deslizamientos de lodo, agua y material del Chimborazo. Foto: Glenda Giacometti / El Comercio

Esta imagen muestra la quebrada por donde bajaron los deslizamientos de lodo, agua y material del Chimborazo. Foto: Glenda Giacometti / El Comercio

Esta imagen muestra la quebrada por donde bajaron los deslizamientos de lodo, agua y material del Chimborazo. Foto: Glenda Giacometti / El Comercio

El calentamiento global y la caída de ceniza del volcán Tungurahua influyeron en el proceso natural de deshielo del volcán Chimborazo. Tres comuni­dades asentadas en las laderas del coloso temen que los deshielos afecten a sus cultivos, animales y casas.

Por primera vez, en 120 años, desde que se fundó la comunidad Santa Lucía de Chuquipogyo, situada en las laderas del ­sureste del coloso, sus habitantes presenciaron el descenso de agua, lodo y piedras por la quebrada. “El Taita Chimborazo nos reclama la imprudencia, por no cuidar la Pacha Mama”, dice Segundo Piña.

Él tiene 86 años y asegura que nunca vio algo similar, ni sus padres ni sus abuelos. “Cuando era niño, el hielo pintaba de blanco toda la montaña, a veces la nieve dañaba los sembríos porque llegaba hasta el borde de la propiedad de mis padres”.

Pero hoy el paisaje del glaciar del Chimborazo es diferente. El hielo sólido, similar a una roca -que los comuneros llamaban ‘las nieves perpetuas’- ya solo está en la parte más alta del coloso. Antaño, ellos recogían este hielo para vender en la ciudad, pero hoy ese oficio también está cerca de extinguirse.

Lo que más preocupa a los habitantes del Chimborazo es que el agua de los deshielos continúe generando deslizamientos de tierra. La semana pasada, cinco familias de Santa Lucía de Chuquipogyo debieron ser evacuadas de sus viviendas, pues están en el borde de la quebrada por donde desciende el material.

Una grieta de 20 metros de profundidad se formó en las laderas del coloso, y un río de agua lodosa empezó a descender arrastrando una gran cantidad de lodo espeso y rocas. Esto se debe al desbordamiento de una laguna, que se formó debido a la gran cantidad de agua que salió de los deshielos de los glaciares.

Según Bolívar Cáceres, técnico especialista en Glaciares del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), los glaciares del Chimborazo se derriten por tres causas: la primera corresponde a un proceso natural de rejuvenecimiento glaciar.

“El Chimborazo y todos los glaciares del mundo atraviesan por un ciclo glaciar, que es cuando se incrementa la cantidad del hielo y un ciclo interglacial, cuando el hielo retrocede. Esta es una etapa interglacial, parte de un proceso natural”, explica.

Otros dos factores influyeron en este proceso natural y causaron un derretimiento más rápido del hielo. La ceniza del volcán Tungurahua, que recubrió una gran parte de la superficie glaciar del Chimborazo, por ser un cuerpo oscuro, absorbe altos niveles de la radiación que proviene del sol.

Este fenómeno se conoce como albedo (descongelamiento) y se refiere al porcentaje de radiación solar que una superficie puede reflejar. Otro factor que aceleró el derretimiento es el calentamiento global.

Durante este año, las altas temperaturas batieron el récord de 58,26°C. Fue el año más caluroso registrado en la historia mundial, dice. “El calentamiento global no solo afectó a los glaciares andinos, sino que influyó en el derretimiento de los casquetes polares y nevados de todo el mundo”, afirma Cáceres.

Edwing Telenchana, vulcanólogo del Instituto Geofísico de la Politécnica Nacional, descarta que los deshielos respondan a un fenómeno volcánico, a pesar de que el Chimborazo aún es considerado un volcán potencialmente activo.

Según las evidencias históricas, su última erupción habría ocurrido entre los siglos VI y VII de esta era. Desde entonces, no se han registrado indicios de ninguna otra actividad eruptiva. “Preliminarmente descartamos que los derretimientos se deban a una reactivación, pues no hay indicios de actividad hidrotermal”, señaló Telenchana.

Ambos técnicos acompañaron a los habitantes de las comunas amenazadas a un recorrido por las faldas del nevado, para evaluar la situación y los posibles riesgos para los pobladores. En su informe, se indica que el material continuará descendiendo por la quebrada, pero que en los próximos días será menos denso.

“El agua está limpiando el material no condensado de la quebrada, por eso es espeso y desciende a baja velocidad. Pero luego habrá menos material arrastrado por el agua, por lo que la masa será menos densa. En los próximos días disminuirá la cantidad de flujo”, indicó Telenchana en su diagnóstico preliminar. El Geofísico emitió un informe ayer, donde indica que arrastró material de diferente tamaño, desde partículas finas hasta bloques métricos.

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