En Más Vida, desde el miércoles 16 de diciembre del 2020, los residentes son parte de la tradicional novena, disfrutan de los villancicos. Foto: cortesía
Magdalena Galárraga, de 92 años, llama al covid-19 “esa enfermedad rara”. Por teléfono y desde el centro geriátrico Más Vida, en Quito, la mujer le comenta a su sobrina Gladys Galárraga que todavía no puede recibir visitas y que este 25 no estará en el almuerzo navideño familiar.
“Será una pena”, le responde Gladys, no poder compartir la fecha como en años anteriores. Pero reconoce que es importante cuidar la salud de la adulta mayor. Por eso planea telefonearle la mañana del jueves 24. “Eso compensará un poquito el no poder visitarla”.
En total 43 personas, de 75 a 103 años, habitan en dos sucursales de Más Vida, en el centro norte. Entre sus dolencias más comunes están el alzhéimer, la demencia senil y los problemas pulmonares, señala el propietario, David Beltrán.
La edad y los padecimientos crónicos vuelven más vulnerable a esta población frente al SARS-CoV-2, ya que desarrollan cuadros más graves de la enfermedad. De los 205 003 casos confirmados a escala nacional hasta ayer, 18 de diciembre del 2020, el 13,1% correspondía a personas de más de 65. Pero ellos tienen más riesgo de fallecer.
Esta semana, en Más Vida iniciaron la novena de Navidad. Para el 24 está previsto un programa, al que los familiares no asistirán como en años anteriores. Se busca proteger a sus ‘abuelitos’. Sin embargo, se conectarán vía Zoom.
Un 30% de residentes salía en estas fechas, cuenta Beltrán, para ser parte de la cena de Nochebuena con su familia. Este año solo podrán recibir llamadas de audio y video, además de visitas a través de un ventanal que separa a los allegados de una zona del asilo.
En Pichincha, este año hay 251 641 personas de 65 años o más, según las proyecciones poblacionales del INEC. En total, en el país son 1,3 millones.
El Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) no cuenta con datos sobre número de geriátricos privados en el país. La institución entrega dos tipos de bonos para adultos mayores vulnerables.
Verónica Egas, del Centro de Psicología Aplicada de la Universidad Católica, recomienda a hijos, hermanos, sobrinos y más parientes de quienes residen en centros geriátricos, buscar alternativas que tengan una carga simbólica.
La especialista, por ejemplo, sugiere hacerles llegar pequeños presentes hechos a mano, como dibujos, tarjetas; o mensajes de audio y fotos, que les permitan saber que los suyos no los han olvidado.
En esta Navidad 2020, esa es una de las principales preocupaciones en la residencia Bella Vita, ubicada en Cumbayá. Así que buscan fortalecer el contacto entre familiares y adultos mayores. Por la temporada, los residentes pintaron cuadros que enviarán a sus seres queridos.
En este centro no está prohibido que los adultos mayores salgan en estas fechas. Pero para que regresen, el requisito es presentar una prueba PCR y una de anticuerpos, además de pasar 15 días en aislamiento.
Sin embargo, advierten, el encierro sin sus amistades del centro podría agravar cuadros de índole demencial que padecen. Les puede causar mayor desorientación, señala Christian Vargas, representante de Bella Vita. Por ello, familias como las de María Esther Riofrío, de 89 años, prefieren que pase las fiestas en la residencia.
La adulta mayor tiene alzhéimer en etapa avanzada, cuenta su hija Maricarmen Paz y Miño. Por eso, con dolor, ella y sus hermanos decidieron que este año no asista al almuerzo de Navidad. “No queremos exponerla al riesgo de contagio”.
Para esta fecha, señala Johanna Gavidia, geriatra del Hospital Metropolitano, es importante seguir las indicaciones de los centros de cuidado. No hay una medida, recuerda, que garantice al 100% que no se infectarán de covid-19.
En el centro Feliz Hogar no se autorizaron las salidas en estas fiestas. El objetivo es evitar cualquier riesgo de contagio de sus 20 residentes. Los allegados han entendido la medida y ya agendaron momentos para reunirse con ellos por vías telemáticas, señala Michelle Mulky, encargada.
No olvide
Los médicos sugieren evitar las visitas presenciales. Estar pendientes, llevarles algún obsequio, una carta o foto.
Si acude a visitar a un adulto mayor no se retire la mascarilla. No lo exponga, recuerde: es el grupo más vulnerable.
Aproveche la tecnología para estar en contacto con ellos. Cuéntele qué está haciendo, dígale que lo extraña.
Explíquele que es necesario acoplarse a las circunstancias. Dígale que las restricciones serán temporales.