La ceniza del volcán Sangay afectó gravemente a Chimborazo

En Guayaquil, dueños de restaurantes limpiaron la ceniza que cayó sobre las mesas.

En Guayaquil, dueños de restaurantes limpiaron la ceniza que cayó sobre las mesas.

En Guayaquil, dueños de restaurantes limpiaron la ceniza que cayó sobre las mesas. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

La nube de ceniza y gases que lanzó el volcán Sangay ocultó por varias horas el sol y cubrió pueblos y ciudades de Chunchi, Alausí, Guamote, Pallatanga y Cumandá.

Según la Gobernación de Chimborazo, unos 300 000 semovientes resultarán afectados por la contaminación del alimento. Mientras tanto, en el agro se prevén daños en los cultivos de papas, habas, chochos, arvejas y fresas. Las autoridades reportaron problemas en las captaciones y plantas potabilizadoras de agua.

“Tenemos 21 volquetas listas para traer rechazo de plátano, melaza y heno. Hoy se tendrá un informe de los diferentes ministerios para dirigir la ayuda”, aseguró la gobernadora de la provincia, Luisa Loza.

Una gruesa capa de polvo volcánico cubrió los páramos, pastizales y cultivos de hortalizas, legumbres y frutas de Alausí y de Chunchi.

El material también se posó sobre el ganado, perros y los techos de las viviendas. María Tipán tiene vacas, un toro, dos terneros y 20 cuyes. Su pequeña casa y terreno se encuentran en el ingreso a las lagunas de Ozogoche, en la parroquia Palmira de Alausí.

La nube de ceniza se observó desde los poblados de Alausí. Foto: Cortesía

La joven, de 26 años, utilizó unas ramas para retirar la ceniza que cayó en los potreros desde la noche del sábado. Y, con su chalina, golpeó el lomo de sus animales para retirar el material volcánico. “A los cuyes les di zanahorias y tuve que lavar la hierba para que coman. La caída de ceniza es más fuerte que la de julio pasado, y no hay ni agua para regar en los potreros”, dijo la joven.

La feria de hortalizas y ganado de Palmira se suspendió.

El Municipio reportó, además, afectaciones en las parroquias La Matriz, Multitud, Huigra, Sibambe y Tixán.

El ganado sufrió también la afectación del material volcánico. Foto: EL COMERCIO

Rodrigo Rea, alcalde de Alausí, indicó que las ferias y el tránsito vehicular fueron suspendidos por precaución.

Además, se ordenó que se cubriera la planta potabilizadora con plásticos. “La producción de leche será la más afectada. Cerca de 70 000 litros diarios se dejarán de recoger en estos días, por la ceniza. Esperamos que no se mueran los animales”, añadió Rea.

En Pallatanga, el alcalde Enrique Granizo incluso pidió al presidente Lenín Moreno que declarara al cantón en emergencia. Anunció que el agua potable se contaminó y que en los pastos hay, al menos, siete centímetros de ceniza.

En Chunchi el ambiente es desolador, en especial en las zonas altas, que están repletas de ceniza. Fausto Villa, presidente de la Junta Parroquial de Capsol, indicó que su zona es la más afectada. Dijo que entre 200 y 300 cabezas de ganado de ese sector dejarán de producir leche, es decir, unos
5 000 litros diarios. El COE cantonal dispuso que los técnicos del departamento de Producción Agropecuaria del Cabildo recorran esas zonas.
Los COE de Pallatanga, Cumandá y Guamote se declararon en sesión permanente para ayudar a los campesinos.

Pero la ceniza no solo se esparció por Chimborazo. El Instituto Geofísico informó que la nube de ceniza afectó a poblaciones de Bolívar, Los Ríos y Guayas, Manabí y Santa Elena.

Las personas señalaban los estragos causados por la ceniza sobre vehículos, viviendas y poblados. Foto: EL COMERCIO

En Guayas, 22 cantones registraron caída de material. En Guayaquil, por ejemplo, a partir del mediodía se sintió con fuerza la afectación en distintos barrios de la urbe.

En los techos de vehículos, en jardines y en tejados se veía con facilidad el material de color gris. En el centro, los dueños de negocios limpiaban las veredas y las mesas que estaban en exteriores.

El aeropuerto José Joaquín de Olmedo cerró sus operaciones. En un inicio, las autoridades dijeron que los vuelos se reanudarían a las 14:30, pero luego anunciaron que la suspensión tardaría más tiempo.

En la tarde se conoció que la nube de gas y ceniza tuvo un gran alcance y se elevó a 10 kilómetros de altura desde el nivel del cráter. Desde mayo del 2019, cuando se inició el proceso eruptivo, solo se habían desprendido columnas de ceniza que alcanzaban entre los 1 000 y 3 000 metros de altura.

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