Lloa es una de las parroquias rurales donde ha aumentado la positividad (80%) las últimas semanas. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Cuando el virus llegó a Quito, la zona urbana empezó a aglutinar el mayor número de casos, y en la ruralidad, los positivos fueron esporádicos.
Como en las zonas alejadas no se vive en aglomeración, el covid-19 se tardó en llegar, y cuando lo hizo, se propagó de manera lenta. Pero ahora en esas zonas la velocidad del coronavirus se empezó a incrementar.
Según la información que maneja la Secretaría de Salud del Municipio, en enero del 2021, la cantidad de personas que han dado positivo a las pruebas realizadas es mayor en la zona rural.
Las parroquias donde más se evidencia este fenómeno son Pacto, Lloa, Minas, Zámbiza, Atahualpa, Calacalí, Gualea, Nanegal y Píntag.
Las estadísticas muestran que en Pacto, por ejemplo, al momento hay 32 casos, y el índice de positividad es del 100%. La OMS establece que si el porcentaje supera el 20% la población está en riesgo.
Las autoridades locales de Pacto, un territorio de 354 m2 donde viven
7 000 personas, rechazan esa información y aseguran que no son datos certeros. Richard Paredes, presidente de la parroquia, asegura que según los registros, desde el inicio de la pandemia la situación ha estado controlada, solo han registrado tres fallecidos y el resto se ha recuperado.
Insiste en que últimamente no han tenido contagios comunitarios ni rebrotes, gracias a las medidas que han tomado. En un inicio conformaron el COE parroquial, ubicaron puestos de sanitización y trabajaron con la Policía y el Centro de Salud en una campaña de concientización.
El dirigente cuenta que al principio, muchas personas de Quito llegaron a estas comunidades para alejarse de los tumultos. Al arribar, las autoridades les tomaron la temperatura y les hicieron guardar cuarentena.
Pacto se caracteriza por ser una zona turística y productora de panela, por lo que al momento le apuestan a las visitas guiadas a las fincas y a las zonas naturales, al aire libre, donde no hay riesgo, dice Paredes.
El GAD no tiene cifras del número de pruebas que se han realizado en el sector porque -según indica- el gobierno local no está de acuerdo en que Salud llegue a hacer los testeos, debido a que no son confiables y suelen dar falsos-positivos.
Hay otras parroquias afectadas: Lloa (80% de positividad), San José de Minas (67%) y Zámbiza (52%).
Celio Arias, presidente de la Junta Parroquial de Zámbiza, donde viven cerca de 8 000 personas y hay 211 positivos, admite que el repunte de casos en las últimas semanas se ha dado, sobre todo, porque algunas familias han organizado reuniones. Pese a la prohibición se han efectuado fiestas, bautizos y más.
Arias cuenta que han trabajado con la Secretaría de Salud y el 25 de enero hicieron pruebas en Cocotóg, el 5 de febrero en la cabecera parroquial y mañana harán otro testeo.
El GAD ha recibido denuncias de una piscina que funciona de manera clandestina de viernes a domingo, donde se organizan fiestas y hay consumo de licor. Según Arias, el hecho fue alertado a la Policía y esperan que se sancione a los infractores.
Según el funcionario, otra de las razones es que cerca del 70% de la población sale a trabajar a Quito.
Ximena Abarca, secretaria de Salud, indica que la tasa de incidencia promedio del Distrito es de 28 por cada 1 000 personas. Por encima de esta cifra están 19 parroquias. Hasta ayer, 8 de febrero del 2021, Quito contaba con 83 544 casos.
El vicealcalde Santiago Guarderas dijo ayer que la capital ya se acerca a las 2 000 personas fallecidas y que diariamente se reportan un promedio de 55 muertes, por lo que el cuidado y el cumplimiento de las medidas de bioseguridad son fundamentales.