Ni la lluvia ni la larga espera ahuyentaron a los miles de quiteños que se dieron cita la noche del viernes 4 de diciembre en la Tribuna de Los Shyris para ver al músico colombiano Carlos Vives. Él fue el encargado de cerrar la segunda edición del Festival Quitonía, que se hizo en el marco de las fiestas de la capital.
En el escenario, el artista agradeció a sus seguidores y celebró con ellos a la voz de “¡Que viva Quito!”. Ante la euforia de unos 15 000 asistentes, Vives cantó temas como La gota fría y Fruta fresca. La avenida se convirtió en una pista masiva de baile.
Ingresar a Quitonía tomaba alrededor de 30 minutos. La requisa en la entrada y las largas filas molestaron a los quiteños. Hubo personas que tuvieron que estar desde las 18:00 para poder disfrutar del espectáculo. El sonido no llegaba hasta las últimas localidades.
Una sola pantalla gigante se desplegó delante de la tarima. El concierto estaba previsto para las 20:00, y se inició a las 20:40 con los colombianos Constelación Vallenata.
Para cuando el grupo de vallenato cantaba el éxito Cuatro rosas, la avenida De los Shyris se llenó de ponchos de agua y de paraguas; la lluvia se hizo más constante. Los músicos sumaron a su repertorio canciones como Si tu amor no vuelve y Olvídala.
En el ambiente se percibía ese olor a naranjilla, característico del canelazo quiteño. A quienes trataron de tomarlo con licor, se les fue confiscado y derramado por los policías que ayudaron en la seguridad. Sin embargo, por entre las rejas que bordeaban el escenario, la gente podía comprarlo o recibirlo. La llegada de Carlos Vives alegró a los capitalinos. El colombiano empezó a cantar Pa’ Mayté y los espectadores bailaron y a cantaron al ritmo del vallenato.
La cuota musical ecuatoriana fue Volium, que presentó covers de rock de la década de 1980 y Los Dukes, con sus populares éxitos de cumbia de antaño.