El cálculo para el 2021 marca la actuación de bancadas legislativas

Correístas festejan el archivo de la Ley de Crecimiento Económico, el 18 de noviembre. Foto: Archivo/EL COMERCIO

Correístas festejan el archivo de la Ley de Crecimiento Económico, el 18 de noviembre. Foto: Archivo/EL COMERCIO

César Litardo (centro), junto a los aliados de Creo, BIN y BADI, en una rueda de prensa. Foto: Archivo/EL COMERCIO

La cercanía de la etapa preelectoral, de cara a las presidenciales del 2021, mueve las fichas políticas en la Asamblea Nacional y cada vez hace más evidente la operación de una mayoría móvil.

En el último mes eso se puso en evidencia en dos votaciones: en la Ley de Crecimiento Económico y las reformas al Código de la Democracia.

El martes pasado, la mayoría parlamentaria compuesta entre Alianza País (AP), Creo y dos facciones de asambleístas independientes se impuso con 76 votos para cambiar el método de asignación de escaños para los próximos comicios.

Eso se dio a pesar de que hace pocas semanas atrás, la misma coalición no logró el consenso necesario para la aprobación de la Ley Económica, impulsada por el Ejecutivo, que terminó por ser archivada como lo querían el correísmo y el bloque del Partido Social Cristiano (PSC).

Ello mostró que los acuerdos de AP con Creo y las minorías se sostienen con dificultad, y que incluso dentro del mismo bloque oficialista hay fisuras.

De acuerdo con analistas políticos, el “nuevo giro” en la actuación legislativa, en el que se acorraló al grupo verde, tiene como protagonistas a aquellas propuestas que sirven como sustento para elaborar planes de gobierno.

Felipe Burbano, analista político, cree que hay tres explicaciones respecto a la nueva actuación en el Legislativo.

El primero es un temor en la clase política hacia posibles nuevas movilizaciones y protestas. “Me parece que los partidos se sienten atemorizados y un poco acorralados en el campo que tienen para tomar decisiones políticas”.

Este punto está ligado al segundo: un cálculo electoral de cara al 2021. De acuerdo con Burbano, los bloques legislativos, cuyos líderes se muestran como presidenciables, acentúan la distancia de un Gobierno débil y desgastado.

Correístas festejan el archivo de la Ley de Crecimiento Económico, el 18 de noviembre. Foto: Archivo/EL COMERCIO

Un tercer punto, dijo, es que hay poca claridad en el Gobierno y las organizaciones políticas respecto del modelo económico que puede ser viable en el Ecuador.

“El Gobierno está muy débil para impulsar un proceso de reformas económicas como propone la carta de intención con el FMI. Eso le complica el escenario al Gobierno porque el Fondo es un aliado (…) al Gobierno le va a tocar redifinir el alcance de las reformas económicas y ver los acuerdos que se pueden trabajar con los partidos”, detalló Burbano.

Agregó que ahora al Gobierno le cabe apelar a la responsabilidad de los actores políticos para que tomen decisiones en beneficio del país, independientemente de los cálculos electorales.

Oswaldo Moreno, analista de Consultores Políticos Independientes, coincidió en que los bloques se despegan de una administración con altos índices de rechazo. Él afirmó que, en los casos de Creo y el PSC, la percepción ciudadana es que han cogobernado en la gestión de Moreno.

Mientras, las izquierdas -consideró- buscan capitalizarse electoralmente alrededor de la imagen de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie).

Vargas habló días atrás sobre las elecciones presidenciales del 2021. Ante la pregunta de si será candidato a la Presidencia, respondió en Guayaquil que “la campaña la hará el pueblo ecuatoriano y tendrá su gobernante 2021.... indígena, campesino, un agricultor, un transformista, un montuvio, un afro, hombre y mujer que trabaje por el pueblo, que construyan la sociedad donde haya justicia social, eso es lo que buscamos nosotros”.

El consultor Moreno afirmó que el panorama de gobernabilidad hoy no es fácil y que un error del Ejecutivo ha sido no oxigenar su gabinete. “María Paula Romo, a cargo de la agenda política, está desgastada”.

En AP reconocen que los “aliados” buscan su distancia porque el oficialismo tiene un problema: el desgaste que ha generado el ejercicio de poder.

“Este momento yo diría que todos los movimientos políticos van a empezar a hacer sus apuestas, entonces lo que se busca es sumar esfuerzos con quienes tengan más expectativas de ganancias y yo creo que nosotros ahí no somos necesariamente el punto de mayores posibilidades”, justificó Elizabeth Cabezas, legisladora oficialista.

La expresidenta de la Asamblea cree que hay una recomposición en el tablero político para el 2021 y que hay una tendencia por buscar alternativas enfocadas hacia un centro que los separe de la derecha criticada y la izquierda radical.

Luis Pachala, coordinador del movimiento Creo, explicó que en el Legislativo hay un acuerdo para la gobernabilidad. Y se han mostrado como “protagonistas” para eliminar ciertas leyes que afectaban al país. No obstante, negó que estén actuando con cálculos electorales respecto a la posibilidad de apuntalar la imagen de Guillermo Lasso.

“Si pensáramos en un año preelectoral no habríamos aprobado en la Asamblea este acuerdo de trabajo entre todos los legisladores, entre todas las bancadas. No actuamos por conveniencias electorales, sino por conveniencias del país”.

Lasso mencionó su intención de radicarse en Quito y ha presentado en redes sociales un video denominado ‘Ponle nombre al futuro’. Ahí dice que va a recorrer Ecuador y contar su experiencia en creación de empleo y emprendimientos.

Wilma Andrade
, asambleísta de la bancada del BIN, aclaró que el acuerdo es legislativo y no con el Gobierno. “En ese sentido vamos a tener la misma actitud permanente, siempre va a haber diálogo y diferencias porque el acuerdo no es una camisa de fuerza”.

Por su lado, los bloques del correísmo y el PSC niegan que haya un acuerdo entre ellos, a pesar de sus coincidencias en las últimas votaciones dentro del Pleno.

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