Los gendarmes custodian un laboratorio para el procesamiento de oro, que fue encontrado durante el último operativo policial y militar, en el sector de El Cristal, en Buenos Aires.
Desde los helicópteros policiales que sobrevuelan La Merced de Buenos Aires es imposible detectar los laboratorios en donde se procesaba ilícitamente el oro. Lo que sí se distingue es una especie de lunares cobrizos, causados por la deforestación al abrir las bocaminas y caminos, en medio de un frondoso bosque.
Ya en tierra, el panorama cambia. Se evidencia el poder económico de las estructuras ilegales que controlaban la extracción del mineral y su procesamiento con químicos.
En medio de senderos se encuentran maquinarias, fosas, insumos químicos, material mineralizado y herramientas que quedaron abandonadas tras la incursión policial y militar. Los ‘barridos’, a cargo de los uniformados, han permitido dibujar un mapa de la zona, en el que constan calles, talleres, tiendas, viviendas y hasta un laboratorio levantado alrededor de los yacimientos.
Los bultos con material aurífero quedaron abandonados en varios terrenos y senderos.
Este laboratorio está ubicado en El Cristal. Se trata de un complejo de chancadores, también llamadas chanchas, en donde se muele la roca mineralizada. El terreno en donde se ubica el sitio de procesamiento tiene un tamaño similar al de una cancha de fútbol.
La zona estaba cubierta con plásticos verdes y negros. En su interior se colocaron las chanchas. Estas se activaban con generadores eléctricos y estos, a su vez, funcionan con combustible surtido por redes de contrabando. A través de un sistema de bandas, los rodillos convierten la roca en tierra brillosa.
Junto a las chanchas hay piscinas que se usaban para mezclar los químicos, que separan el oro de las piedras, y calderos para limpiar el metal. Las piscinas en realidad son huecos recubiertos con plásticos y conectadas por un sistema de mangueras. A través de esta rudimentaria tubería se vierten químicos y decenas de litros de agua para lavar la tierra y extraer las partículas de oro y otros metales como cobre.
En estas piscinas se mezclaban los químicos, que permiten separar las partículas de oro de las rocas. Esta infraestructura es parte del laboratorio, descubierto en esta semana.
“Creemos que en este sitio trabajaban 70 personas”, explicó Patricio Carrillo, director de Operaciones de la Policía. Para el oficial, la estructura que operaba este centro de procesamiento es similar al poder económico del narcotráfico, por toda la infraestructura que se necesita para obtener el metal precioso.
Junto al laboratorio se colocó un campamento. Se trata de una zona de descaso, equipada con dormitorios para acoger a 20 personas. Hay camas, colchones y una cocina.
Los uniformados encontraron también pequeños talleres con herramientas, restaurantes, centros de diversión y hasta un hotel en medio de la montaña, en un sitio conocido como La Feria. Está ubicado a una hora de camino antes de la llamada Ciudad de Plástico.
Ahora estos lugares, tanto donde se habitaba como se trabajaba, lucen abandonados. Refrigeradoras, cocinas, lavadoras, generadores eléctricos, taladros industriales, amoladoras y más quedaron allí.
Junto al licor, taladros, radios, martillos, sierras y otras herramientas quedaron abandonadas.
También se hallaron amalgamadores. Estos son una especie de barril cilíndrico que a través de la fuerza centrífuga separan el oro de la tierra que ya ha sido lavada en las piscinas. Al ser el oro un metal pesado, este queda en el fondo del barril. Los mineros lo recogían con cuidado y fundían las partículas para dar forma a pepitas de oro. En esta zona se encontró un molde para verter el oro fundido, que tiene el tamaño de una pelota de tenis.
Tras el estado de excepción decretado por el Presidente, el lunes 1 de julio del 2019, los uniformados se adentran más hacia la montaña. En otra zona se hallaron ‘cambuches’, como se denomina a las cabañas. Según Carrillo, ahí se detectó un sistema de seguridad que habrían usando los sospechosos para evitar los controles y operativos.
Ayer, 4 de julio del 2019, durante una incursión policial, los agentes encontraron los cuerpos sin vida de dos hombres. Los cadáveres tenían heridas provocadas por armas de fuego y cortopunzantes. Estaban ocultos en el fondo de una fosa de agua.
Personal de Criminalística encontró los cuerpos debido al olor putrefacto que se desprendía de la fosa.
Por el alto grado de descomposición no fue posible determinar sus identidades.
Hasta la tarde de este jueves fueron detenidos 26 ciudadanos, entre ellos el más buscado de la provincia del Carchi. También fue arrestada una mujer que intentaba sacar un fragmento de oro escondido en su cabello. Según las autoridades, en el cuarto día de éxodo salieron de la parroquia 3 000 ciudadanos. Hoy serán desalojadas más personas.