El Bicentenario, en Quito, espera por la reactivación

Varios negocios ubicados a lo largo de la avenida Amazonas, frente al exaeropuerto, están cerrados o se arriendan. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

Varios negocios ubicados a lo largo de la avenida Amazonas, frente al exaeropuerto, están cerrados o se arriendan. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

Varios negocios ubicados a lo largo de la avenida Amazonas, frente al exaeropuerto, están cerrados o se arriendan. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

Nunca volvió a ser la zona comercial llena de negocios que fue mientras allí funcionaba el aeropuerto Mariscal Sucre. Cuando la terminal aérea se trasladó a Tababela, el 19 de febrero del 2013, los negocios enfrentaron una crisis que obligó a la mayoría a cerrar.

Hoy, ocho años después, el sector aún no ha logrado consolidarse. La zona más afectada está entre las calles José Olmedo y la Yacuambi. Son 10 cuadras, en las que hay 31 locales cerrados. La mayoría con letreros de “se arrienda”.

Algunos de los establecimientos tienen las ventanas rotas y sus portones están grafiteados. El movimiento comercial es escaso. Ya no hay bonanza. Así lo cuenta, con melancolía, Josefina Cajas, quien trabaja en una tienda.

Como es dueña de la casa no paga renta, caso contrario -dice- hubiese cerrado. Tiene el negocio hace 12 años. La mejor época fue cuando funcionaba allí el aeropuerto. En un solo día podía vender hasta USD 400. Hoy, no llega ni a los 40.

Quienes atienden los locales comentan que la apertura del Parque Bicentenario ayudó, pero no lo suficiente. El último año, con la pandemia por el covid-19, la crisis se agudizó.

A lo largo de la Amazonas hay 44 locales abiertos, entre ellos empresas que se dedican a la renta de carros, patios de vehículos, tiendas y más.

Uno de los locales activos es Hayli Rent a Car. Fernando Caiza, empleado, señala que la empresa funciona desde hace ocho años y como cuentan con una buena cartera de clientes, pudieron sobreponerse a la salida del aeropuerto.

Carmen Clavijo es dueña de un local que está en renta desde hace dos años. El lugar mide 25 m² y el alquiler es de USD 400, pero no hay interesados.

A pesar de que quienes atienden los locales aseguran que el negocio es malo, hay nuevos establecimientos que acaban de abrirse. Jacinta Beltrán puso un micromercado a pocos metros de la entrada al parque y cuenta que apenas está empezando pero logra sacar para pagar la renta.

La mayor circulación de personas ocurre en ese sector.
Con la habilitación del Bulevar, la entrada al espacio verde y la ciclovía, la afluencia mejoró. Sin embargo, aún hay zonas donde se pueden ver las huellas que dejó la terminal aérea.

Los tanques de combustible, por ejemplo, fueron decorados pero no removidos. Las dos torres de control siguen en pie, al igual que los puentes de embarque. Hay edificaciones con cristales rotos y el sector está cercado con una lona verde.

De esas 110 hectáreas, 10,75 están en manos de Quito Turismo. Se trata de la zona donde funcionaban los arribos nacional e internacional.

Patricio Velásquez, gerente técnico de la entidad, dice que en el 2013 se aprobó la Ordenanza 352, con el Plan Especial Bicentenario, y se definían las líneas generales para que esta zona alcanzara un desarrollo.

No obstante -admite- en el camino pasan varias cosas “y las ordenanzas no siempre definen el financiamiento para desarrollar las obras”.

La crisis financiera que empezó en el 2015 y la pandemia han afectado, pero destaca que se han hecho obras.

Hay dos centros de convenciones: el nuevo donde funciona en Centro de Atención Temporal y el Centro de Eventos Bicentenario, que tiene un carácter de recinto ferial. Y se han hecho intervenciones para dar vida al parque.

Para Velásquez, la puesta en funcionamiento del Metro, a inicios del 2021, dinamizará la zona y ayudará a reactivarla.

En el momento, el Municipio está trabajando en la actualización del plan de uso y gestión del suelo, lo que permitirá construir edificios más altos y consolidar el sector.

Velásquez sostiene que la zona tiene potencialidad para ser una nueva centralidad. Así como ocurre en La Carolina, el Parque Bicentenario se puede convertir en el corazón de esta y tener un desarrollo importante en los próximos años.

El funcionario admite que es fundamental la inversión pública y privada, por lo cual en los próximos días se hará un análisis de mercado para identificar posibles usos a algunos de estos espacios. E iniciarán una recepción de muestras de interés para que los empresarios hagan sus propuestas.

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