BCE optó por pagar a Goldman para recuperar oro ecuatoriano

Clasificación del oro que el BCE compra a artesanos para alimentar las reservas internacionales. Cortesía BCE

Clasificación del oro que el BCE compra a artesanos para alimentar las reservas internacionales. Cortesía BCE

En el 2017, en medio de altas necesidades de financiamiento, el Gobierno hizo dos complejas operaciones con el banco de inversión Goldman Sachs para obtener USD 500 millones en liquidez.

Sin embargo, eso implicó atar un monto millonario en bonos y oro de las reservas en una suerte de garantía que se haría efectiva a favor de Goldman ante un eventual riesgo de no pago. El escenario para esas dos operaciones se complicó en estas semanas, por la actual situación económica del país.
Todo empezó en el 2017 cuando el Ministerio de Economía obtuvo un crédito de USD 500 millones con ese banco, a tres años plazo y que vencía en septiembre próximo.

A la par, el Banco Central del Ecuador (BCE) colocó en ese mismo año con Goldman Sachs 300 000 onzas de oro de las reservas (USD 500 millones con el precio actual) y bonos por 606 millones. La inversión generó unos USD 140 millones en intereses a favor del país en estos años.

Ambas operaciones no están directamente relacionadas; sin embargo, cualquier “evento” que haga temer un posible no pago del crédito activaba la posibilidad de que Goldman Sachs cobrara el oro y los bonos entregados por el Central.

“El oro y los bonos no son una garantía, pero si el crédito que se otorgó a Ecuador no llega a pagarse se pierden esos activos”, explicó el BCE.
Ese “evento” ocurrió en abril pasado cuando el Gobierno pidió una prórroga para pagar los intereses de todos sus bonos soberanos y llamó a un proceso de renegociación a los tenedores de esos papeles.

Ante el riesgo de cobro del oro y bonos por parte de Goldman Sachs, el BCE inició gestiones para recomprar su propio oro y recuperar esos activos, una posibilidad contenida en el contrato de la operación.

Para ello, la entidad tuvo que cancelar ayer, con dinero de las reservas, USD 370 millones a Goldman. Antes, el BCE había hecho pagos previos a ese banco para compensar la pérdida de valor que han sufrido los bonos en garantía por el deterioro del riesgo del país. En total, hasta marzo se pagaron USD 140 millones.

Luego del pago final, Goldman acreditó las 300 000 onzas en las cuentas del BCE en Suiza y devolvió los bonos.

El Gobierno defiende que si no se hubiera hecho el pago a Goldman se habrían perdido unos USD 1 100 millones (por oro, bonos y el costo de la operación) y señaló que, con el retorno de activos, se fortaleció el balance del BCE. “Esto permite mantener abierto el financiamiento externo y se envió un mensaje de confianza, aportando a un proceso de negociación de la deuda”, dijo. El Ministerio de Economía quedará adeudando los USD 500 millones que el Central pagó a Goldman.

Una reforma legal contenida en la Ley para el Fomento Productivo, enviada por el Gobierno y aprobada en agosto del 2018 por la Asamblea, prohibió al BCE “adquirir títulos y obligaciones emitidos por el ente rector de las Finanzas”.

Pero las autoridades señalaron que no se trata de un préstamo ni emisión de nueva deuda. Y argumentaron que la operación corresponde al 2017 cuando aún no estaba en vigor la norma antes mencionada.

Carlos de la Torre, exministro de Finanzas, coincidió con esa explicación. “No existe nueva deuda, es una especie de sobregiro que hace el Central a favor de Finanzas”.

El exfuncionario, quien realizó el crédito y la inversión con Goldman en el 2017, defendió las operaciones al señalar que buscaba diversificar la deuda con bancos de inversión y que el país consiguió liquidez casi sin costo financiero.

Jaime Carrera, secretario del Observatorio de la Política Fiscal, cree que fue irresponsable comprometer garantías incluso superiores al crédito original. “En lugar de bajar el gasto se recurrió a estas operaciones de alto riesgo que no se deberían hacer dentro de un manejo económico prudente”.

Ayer 19 de junio del 2020, el Fisco recibió USD 280 millones de un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que son parte de los 1 805 millones que ha recibido Finanzas de multilaterales para la crisis sanitaria.

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