Las autoridades buscan ampliar capacidad hospitalaria en Pichincha

En la provincia hay 92 camas en la terapia intensiva de hospitales públicos; 64 ocupadas. Seis clínicas privadas atienden a pacientes con y sin covid-19. Foto: cortesía.

En la provincia hay 92 camas en la terapia intensiva de hospitales públicos; 64 ocupadas. Seis clínicas privadas atienden a pacientes con y sin covid-19. Foto: cortesía.

En la provincia hay 92 camas en la terapia intensiva de hospitales públicos; 64 ocupadas. Seis clínicas privadas atienden a pacientes con y sin covid-19. Foto: cortesía.

En Pichincha, la ocupación de las camas destinadas a pacientes con covid-19 llega su capacidad máxima, principalmente en terapia intensiva. Algo similar pasa con la mitad en el área de hospitalización. Esta realidad se registra en el marco de un posible cambio de semáforo de rojo a amarillo, lo que implica flexibilización de las medidas de aislamiento social.

Para evitar un colapso de los servicios de salud en esta provincia -que concentra el 10,8% de los diagnósticos-, se trabaja con equipos del primer nivel de atención, señaló el viceministro Xavier Solórzano. Además, las autoridades anunciaron la ampliación de la capacidad hospitalaria, en especial en las unidades de cuidados intensivos (UCI).

Esto pese a que la mayoría de infectados no requiere de atención en casas de salud. Así, de los 13 346 casos activos en el país, 12 738 están estables y en aislamiento domiciliario. Representa el 95,4%, según Salud.

En Pichincha -detalló el miércoles 13 de mayo del 2020 el ministro Juan Carlos Zevallos- hay 92 camas en terapia intensiva. De ellas 64 están ocupadas. Mientras que en hospitalización hay 241 habilitadas.

Hasta la semana anterior, los servicios en el Hospital Pablo Arturo Suárez estaban copados. Tienen 96 puestos: 21 en UCI y 75 para quienes presentan síntomas moderados, pero que requieren internarse. Todos estaban llenos, por lo que se proyecta habilitar 121 más.

Para no dejar sin servicio a los pacientes con covid-19, el Hospital Docente de Calderón empezó a acogerlos. La demanda aún no es alta, pero ya habilitaron un ala para la atención de casos confirmados y de quienes lleguen con síntomas leves y moderados.

El Gobierno recibió además 30 respiradores, donados por Salvar Vidas, que serán adecuados en unidades médicas de la capital. Lo informó el jueves la ministra de Gobierno, María Paula Romo, en una entrevista en Radio Quito. Son “de alta complejidad; y otros que se les llama de un solo uso, que tienen una vida útil menor”.

La red integral de salud también está conformada por las unidades del IESS. El Quito Sur comenzó a atender casos covid-19; de 38 camas en UCI, una está disponible. Y de las 317 de hospitalización, 54 libres informó Andrés Campaña, director del ente en Pichincha.

Semanas atrás -recordó- entraron en una nueva fase, que implica que otros, como el de Especialidades Carlos Andrade Marín, acojan a contagiados. Habilitaron 34 camas en terapia intensiva; ninguna está libre. Mientras, 49 de las 138 de hospitalización podían ocuparse con pacientes nuevos.

En un tercer momento -dijo- habilitarán los servicios de los seis hospitales del día: Chimbacalle, Sangolquí y Cotocollao, Eloy Alfaro, Batán y Central Quito. “Trabajamos en la expansión. Aún no hay camas habilitadas para el fin”.

También la red complementaria, compuesta por clínicas privadas, está activada desde los últimos días de marzo. Son seis: Internacional, Pasteur, De los Valles, Metropolitano, Vozandes y Novaclínica. Entre todos suman 520 camas operativas para todas las patologías, incluido el covid-19. Y 42 para terapia intensiva de adultos, señaló Ana Delgado, de la Asociación Nacional de Clínicas y Hospitales Privados (Achpe).

Una clínica más trata a afiliados del IESS que requieren atención por otros males. De ese modo brindan apoyo adicional durante esta crisis, dijo.

Ella mencionó que una de las ventajas de la provincia es que tuvo tiempo para prepararse. Citó, por ejemplo, la instalación de un hospital móvil, iniciativa del Municipio de Quito.

A Santiago Carrasco y Fernando Sacoto, presidentes de la Federación Médica (FME) y de la Sociedad de Salud Pública, les preocupa que no se pueda atender de forma oportuna a quien lo necesite.

Ellos proponen al Gobierno central y a municipios apuntalar un sistema de vigilancia epidemiológica local. Así se podrá dar seguimiento a todos los contagiados y además ubicar los casos sospechosos.

Suplementos digitales