Darwin fue asaltado en agosto pasado, mientras iba en un bus al estadio Atahualpa. Foto: Patricio Teran/ EL COMERCIO
Carmen no pudo gritar. Solo pidió que no le hicieran daño. Así reaccionó cuando un hombre le robó el celular y la billetera en un bus urbano. El hecho ocurrió en febrero pasado.
Regresaba a las 18:30 a su casa, en el norte de Quito, cuando un hombre delgado, con capucha y mochila, se sentó junto a ella y cinco minutos después sacó del bolsillo de su pantalón un cuchillo. Le apuntó al estómago y en voz baja le dijo que la entregara sus pertenencias.
Carmen le obedeció y luego el armado huyó con los bienes.
Ella también se bajó del bus y pidió ayuda a los policías que patrullaban por el sector. Tres meses después, el sospechoso fue detenido en la misma zona, pero por otro caso, y la mujer presentó una denuncia.
La forma de operar de estas bandas es similar en Guayas, Pichincha, Los Ríos, El Oro, Manabí, Esmeraldas.
Melissa fue otra víctima de asalto mientras viajaba en un bus por el suburbio de Guayaquil. A las 06:45 observó que tres hombres abordaron el vehículo y se pusieron a su alrededor. Uno de ellos sacó una pistola y le dijo que le entregara su celular, el dinero y un anillo que llevaba en su mano.
La mujer les dio todo y los sospechosos se fueron. Luego empezó a gritar y avisó al conductor que fue víctima de robo. Llamaron al ECU-911 y notificaron a la Policía.
Los agentes capturaron a uno de ellos, quien fue procesado por robo, y una jueza ordenó su prisión preventiva.
En cuatro años se reportaron 5 622 robos en buses a escala nacional. La principal modalidad es el asalto con armas de fuego o cuchillos (67,5%).
La Policía reconoce que “hay un gran porcentaje” de personas afectadas que no denuncia, principalmente porque no logran identificar a la persona que cometió el delito.
Las bandas dedicadas a este tipo de delito también usan escopolamina, son arranchadores, carteristas y sacapintas, que roban a clientes de bancos cuando estos utilizan transporte público.
Por ejemplo, a Carla le robaron su celular en septiembre del año pasado. Se dirigía en bus hacia una universidad en el norte de Quito. Ella recuerda que el automotor estaba lleno, y no se dio cuenta cuando alguien se acercó, abrió su mochila y sacó el teléfono. “No vi el rostro de quien me robó, por eso no fui a poner la denuncia.”
Según las investigaciones, las bandas que utilizan esta modalidad tiene una red compleja. Actúan varias personas, para poder evitar, por ejemplo, persecuciones.
Andrea fue asaltada en mayo pasado. Tampoco presentó una denuncia en la Fiscalía.
Ella iba a su trabajo en una unidad de la Ecovía. Un hombre abrió su cartera y sin que se diera cuenta sacó su billetera.
Luego le pasó el objeto a otro sospechoso que estaba junto a él y se bajaron en la parada de El Playón. Las investigaciones policiales han identificado que en Quito hay 34 paradas de buses, donde los robos ocurren con mayor frecuencia. Entre esas están San Juan, San Roque, Chillogallo, Quitumbe, La Marín, El Playón, La Ofelia, El Recreo, 24 de Mayo, estación Río Coca, entre otras.
En nueve meses de este año se han reportado 212 casos de arranche. En 2018 fueron 288.
Darwin, por ejemplo, viajaba en un bus al estadio Olímpico Atahualpa. Entró una llamada a su celular y respondió.
Mientras hablaba, un hombre le arranchó el dispositivo y se bajó por la puerta trasera. “No pedí ayuda ni grité por temor a que esté armado”.
El hecho ocurrió en agosto pasado. El sospechoso se fugó y Darwin asegura que no ha sido detenido.
En noviembre del 2018, seis personas fueron capturadas tras un operativo policial en Quito. Según las investigaciones, esa supuesta banda operaba en el Sistema Ecovía. Se paraban en las puertas y cuando los pasajeros salían les arranchaban carteras, mochilas, celulares y otros objetos.
Este año, en el país se desarticularon 38 bandas que robaban en buses y desde el 2016 suman 103. La Policía dice que estos ilícitos “se han reducido”.
Hace dos años, los policías recibieron la orden de que personal uniformado o vestido de civil se suba a los buses, a escala nacional, y levante información sobre las redes delictivas.
Desde septiembre, en Quito también se incrementó la presencia de los agentes de control metropolitano en los sistemas Trolebús y Ecovía.
El Municipio de la capital dispuso esta medida ante las quejas de los ciudadanos por la inseguridad ciudadana.
Los agentes advierten que seguirán las operaciones al interior de los automotores, para identificar a los integrantes de las bandas ilícitas.
En contexto
Al hacer una comparación entre el primer semestre del 2018 e igual periodo del 2019, el Ministerio de Gobierno dice que en este año el robo a personas subió en un 9,43%. Las cifras se elevaron en 16 provincias. En esa lista están, por ejemplo, Bolívar, Carchi, Cañar y Chimborazo.