Arcángel Valdiviezo, un artesano de Riobamba, confecciona réplicas de los tradicionales Diablos de Lata, como una alternativa diferente para regalar en esta Navidad. Foto: Glenda Giacometti/ EL COMERCIO.
Originales artesanías, prendas de vestir, juguetes y accesorios inspirados en los personajes de las fiestas tradicionales son una opción para regalar en Navidad en Cuenca y Riobamba. Decenas de emprendimientos que manufacturan estos obsequios se reactivaron para esta época festiva.
En Riobamba, el Diablo de Lata inspiró la creación de artesanías novedosas. Ese personaje tradicional del Pase del Niño representa la dualidad andina entre el bien y el mal; viste una careta roja hecha de lata, una trenza de cabuya y un elegante traje azul y rojo, tonos de la bandera de la ciudad.
La simpatía de la gente por este personaje motivó a los emprendedores a promover líneas de productos inspiradas en los Diablos de Lata.
Según Sebastián Haro, gerente de Artlequín, este personaje es un símbolo de identidad local y uno de los más atractivos del Pase del Niño; por eso lo escogió como protagonista de su marca de ropa y accesorios.
Él y su esposa Gabriela Toapanta manufacturan una variedad de objetos con diseños inspirados en la tradición del Pase del Niño. Ellos hacen decoraciones como cojines y peluches, y prendas de vestir como camisetas, mascarillas, buffs, caretas…
Sus productos cuestan entre USD 0,50 y 25, y se pueden adquirir a través de sus redes sociales. Ellos, además, ofrecen envíos a todo el país.
“En los últimos años hemos visto cómo una generación de niños y jóvenes eligen disfrazarse de diablos. Además, a los turistas nacionales y extranjeros les encanta”, dice Haro.
En la Estación del Tren también hay regalos inspirados en este personaje. Allí hay títeres y marionetas, figuras hechas con materiales reciclados, incluso aretes y otras bisuterías.
Tras la ausencia de los turistas del tren, los bailarines que eligen representar al Diablo de Lata en los Pases del Niño se han convertido en los principales clientes de esos negocios.
“Si eligen bailar como diablos, tienen que hacerlo por nueve años consecutivos. Los bailarines llegan a identificarse mucho con ellos, por eso este es un excelente regalo”, dice Norma Arévalo, una de las artesanas.
En Cuenca, esta temporada coincide con la declaratoria que obtuvo, a inicios de noviembre, la urbe azuaya como Ciudad Artesanal y Diversa del Mundo. Esta designación motivó a impulsar la adquisición de artesanías para regalar en Navidad.
La Empresa de Desarrollo Económico del Municipio elaboró un catálogo de los 51 artesanos que sobresalen en sus trabajos con paja toquilla y cestería, orfebrería y joyería, alfarería y cerámica y otras artes.
El objetivo es que los cuencanos y turistas visiten los talleres, conozcan cómo se elaboran las obras y así dinamizar las ventas de los artesanos.
En la lista del catálogo está Mercedes Cantos, de 73 años, con más de 60 trabajando la técnica de la talabartería, un oficio que desfallece en Cuenca. Pese a sus años y los problemas de salud no ha parado de crear monturas, billeteras, porta navajas…
En estos días está por concluir un ajuar en cuero (pantalón, zamarro, botas, chaqueta y vaina) para vestir a una imagen del Niño Jesús.
La contrató Rómulo Ortiz, un cliente del cantón Biblián, en Cañar, para obsequiar a su compadre.
Ella tiene su taller en el Centro Municipal Artesanal (Cemuart) que alberga a otros 84 artesanos del cantón. En estos días se los ve apresurados creando sus obras.
“Gracias a Dios hay ventas en esta época”, comenta Gladys Sarmiento.
Ella y su esposo, Manolo García, elaboran cuadros, letreros, joyeros, portarretratos y una variedad de adornos en madera, con una técnica especial en alto relieve.
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