En el campus de Huachi Chico estudian 16 000 alumnos que provienen de varias provincias. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO
Hace seis meses se podía arrendar un departamento cerca de alguna de las tres universidades ambateñas a USD 100; mientras que el alquiler de un cuarto oscilaba en 70. Actualmente, estos costos se han elevado hasta en más del 20% (sobre los USD 20). Lo mismo ocurre en Guaranda.
Estos valores, aunque no parecen altos, afectan principalmente a los universitarios de otras provincias que llegan a estas ciudades a estudiar con presupuestos limitados.
El aumento de la presencia de los jóvenes en estas urbes se debe a la asignación de carreras universitarias por parte de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt).
Para Fricson Moreira, director de Avalúos del Municipio de Ambato, el costo del arriendo depende de la cercanía a las universidades y las facilidades para encontrar zonas de alimentación y diversión.
El funcionario indicó que en las ciudadelas cercanas a estas instituciones se han construido edificaciones con fines residenciales desde el 2013, precisamente para los estudiantes.
Cerca de la Uniandes, explica Moreira, también se comenzaron a construir departamentos por el aumento de universitarios y por quienes llegan a las ferias de autos. “La UTA recibía estudiantes de las provincias cercanas pero desde los cambios de la Senescyt comenzó a recibir de ciudades lejanas. Esto elevó los arrendamientos en la zona”, dice.
En los exteriores de Uniandes hay letreros que anuncian habitaciones en alquiler. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO
Denyce Bonilla llegó en marzo del 2017 desde Tena (Napo) a estudiar Contabilidad en la UTA. Antes cancelaba USD 75 por un cuarto con un baño y cocina. El sitio está cerca de la universidad. Desde agosto, cuando inició el semestre, el alquiler subió a USD 85.
Cuando este valor subió, la estudiante de 19 años buscó otras opciones por la zona, pero debido a su elevado costo y la situación económica de sus padres la hicieron declinar. Ella cuenta con USD 135 al mes para todos sus gastos. “Me quería cambiar porque no tengo donde lavar los platos. Encontré cuartos que costaban entre USD 90 y 120, pero mis padres se opusieron”.
Desde agosto también subió el costo del arriendo en el departamento que comparten Taira Chalan y su primo Fabricio Lozano, dos universitarios de Saraguro. Ellos se mudaron en el 2016 cerca de la UTA, en el barrio Las Flores, por el que pagaban USD 5 menos de lo que cancelan actualmente. Dicen que el aumento no es tan alto, porque el alquiler lo pagan entre los dos.
La vivienda tiene dos habitaciones, una cocina y un baño. En el pago incluye los servicios de electricidad y agua. La estudiante indígena, de 23 años, cuenta que en los primeros semestres vivió en un cuarto donde tenía que cocinar y hacer deberes. Pagaba USD 80.
“El olor de la comida se impregnaba en la ropa que tuve que guardar en cartones y ubicar debajo de mi cama”, dice Chalan. Lo que pagaba en ese entonces y ahora, agrega, es lo que su madre le puede ayudar a cubrir. “Ahora compartimos los gastos con mi primo”.
Según datos de la Dirección de Bienestar Universitario de la UTA, solo en primer semestre hay 1 725 chicos inscritos de 23 provincias. La mayoría de alumnos proviene de Cotopaxi, Pichincha, Bolívar y Santo Domingo. Mientras que en el edificio matriz de la Universidad Autónoma de los Andes (Uniandes) en Ambato, estudian 3 228 alumnos y en Indoamérica, 1 478.
Kelly Cueva arrienda un cuarto en el sector de Huachi Chico en USD 80. La estudiante de contabilidad llegó en octubre del 2016 a la urbe pero tuvo problemas familiares y decidió vivir sola.“Había cuartos cerca y con las mismas características pero estaban entre USD 100 y 130”.
En Guaranda, los estudiantes de varias provincias también arriendan cuartos en los barrios aledaños a la Universidad Estatal Bolívar, ubicada al ingreso de la ciudad.
Erika Amancha estudia comunicación desde el 2016. Por un cuarto cancela USD 85. La joven ambateña no está de acuerdo con el valor del alquiler porque los servicios como el agua potable, tiene deficiencias. Ella comparte la cocina con otros cinco chicos.
Diego Ortiz otro estudiante de la Universidad Estatal de Bolívar llegó a Guaranda hace dos años. Desde entonces vive en un cuarto cerca del centro de estudios por el que antes pagaba USD 60. Pero su dueño de casa le subió el arriendo a 80, desde este año.