Alfredo Pazmiño llegó para cocinar y donar mil almuerzos en Coaque

Alfredo Pazmiño, llegó a la playa de Coaque, 20 km al sur de Pedernales,  junto a Libia Jiménez llegaron para cocinar a los damnificados de este sector del país que sufrió el terremoto. Foto: Alfredo Lagla/ EL COMERCIO

Alfredo Pazmiño, llegó a la playa de Coaque, 20 km al sur de Pedernales, junto a Libia Jiménez llegaron para cocinar a los damnificados de este sector del país que sufrió el terremoto. Foto: Alfredo Lagla/ EL COMERCIO

Alfredo Pazmiño, llegó a la playa de Coaque, 20 km al sur de Pedernales,
junto a Libia Jiménez llegaron para cocinar a los damnificados de este sector del país que sufrió el terremoto. Foto: Alfredo Lagla/ EL COMERCIO

Su camioneta Chevrolet doble cabina no fue suficiente, tuvo que pedir ayuda a un compadre. Llegó a Coaque, a 20 km al sur de Pedernales, con lo que más pudo: 240 libras de cerdo, 70 de borrego, 50 de pescado.

"También trajimos pollo y carne; quintales de arroz, cebolla, papas. Tengo una pequeña finca donde criamos cerdos, chivos, vacas", relata Alfredo Pazmiño. Es de Salinas, en Santa Elena, y con su esposa Livia Jiménez, sus compadres, amigos y dos ayudantes de cocina, llegaron al albergue manabita para regalar mil almuerzos entre sábado y domingo.

"El 18 de abril, dos días después del terremoto llegamos por primera vez. Fue impactante todo lo que vimos. Hoy está más limpio y organizado. En los albergues de Pedernales ya no necesitaron nuestra ayuda y nos pidieron que vengamos a Coaque".

En Salinas tiene dos locales, Parrilladas Alfredo y Restaurante Amazónico, pero este fin de semana no atendió. Aprendió a cocinar hace más de 32 años, y dice que tiene buena sazón. Supervisa los platillos, "el menú para hoy es sopa de legumbres, pescado frito y ensaladas", dijo.

La idea de ayudar fue espontánea. "Al día siguiente del terremoto, estábamos almorzando en la casa. Mi esposa me dijo nosotros tenemos qué comer, no sabemos cómo están allá en Pedernales. Nos levantamos, fuimos a uno de los locales, sacamos del frigorífico todo tipo de carnes y nos venimos".

Alfredo Pazmiño, llegó a la playa de Coaque, 20 km al sur de Pedernales,
junto a Libia Jiménez llegaron para cocinar a los damnificados de este sector del país que sufrió el terremoto. Foto: Alfredo Lagla/ EL COMERCIO

Le impactó también el hecho de conocer a muchos niños que se quedaron sin padres o abuelitos que perdieron a sus hijos y nietos. "Vamos a realizar un tercer viaje en 20 días. Mi esposa tiene que someterse a una operación, esperaremos a que se recupere y nos venimos".

El viaje de Salinas a Coaque demoró nueve horas esta vez. El 18 de abril, el traslado implicó 11 horas, porque las calles y carreteras quedaron destrozadas. "En mi negocio, un chancho de 150 libras, me significa USD 500, pero el dinero no lo es todo. Hay que brindar ayuda a quien lo necesita", destaca.

La cocina provisional la instaló bajo una carpa de cuatro por cuatro en la cancha de fútbol, donde se levantó el albergue. Antes del medio día, ya las señoras con pelo cano se acercaban a preguntar si ya podían retirar su almuerzo. Les pedían que esperarán unos 30 minutos. Se quedaron de pie junto a la carpa, porque querían ser las primeras en la fila.

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