Las empresas deben entregar las utilidades a sus empleados hasta el sábado 15 de abril del 2017. Foto: Archivo EL COMERCIO
Gastar las utilidades puede ser tentador debido a que en algunos casos representa un monto considerable de recursos, pero esto puede ocasionar una reducción de recursos, rápido e innecesario, si no se utiliza con prudencia y educación financiera.
Elizabeth Arellano, ejecutiva de Produbanco, asegura que “independientemente de si es alto o bajo”, el trabajador debe considerar la opción del ahorro o la compra de un bien que aumente el patrimonio de la familia como una casa.
Si se trata de un monto que no es tan considerable se puede destinar a alimentar una meta de mediano plazo o largo plazo, como un viaje corto, una TV inteligente, compra de un auto, la entrada de una casa.
Es mejor usar el dinero extra para proyectos que normalmente no se pueden concretar.
Para Karina Díaz, experta en Educación Financiera de la Fundación Crisfe, las personas pueden manejar adecuadamente sus utilidades siguiendo algunos consejos simples. Un primer paso es realizar un diagnóstico real de la situación financiera de la familia. Si existen deudas de por medio, las utilidades deberían servir para bajar esas obligaciones.
Para ello, es importante evaluar el total de las deudas existentes dentro de la unidad familiar, montos, plazos y, con ello, priorizar el pago de las que cuenten con intereses más altos, como préstamos de consumo o de la tarjeta de crédito.
Otra alternativa es hacer abonos en el pago de créditos hipotecarios, con el objetivo de bajar el plazo, ya que esto permite ahorro en el pago de intereses en el largo plazo.
Si este no es el caso, la familia puede optar por construir un plan de uso de esos ingresos y dividir el 10% para el gasto y 30% para el ahorro. Otro 30% del valor puede ir a un fondo para urgencias familiares, como enfermedades u otros, y el 30% restante reservarlo para oportunidades de inversión.
Los expertos recomiendan no destinar el dinero de las utilidades en gastos corrientes, debido a que este tipo de egresos deben ser cubiertos de igual manera, con los ingresos permanentes, como los obtenidos por la familia.