La agresión a los policías ocurrió en la comunidad de Las Peñas, cantón Tiwintza. Foto: cortesía Policía Nacional
En menos de una semana se registró otro hecho de violencia contra policías en la provincia de Morona Santiago. La tarde de este miércoles 10 de junio del 2020, dos uniformados fueron apedreados, supuestamente por civiles en el cantón Tiwintza.
Los agentes llegaron a la comunidad de Las Peñas –de población shuar- para atender una llamada de auxilio por un caso de violencia intrafamiliar. En el sitio, un hombre escondido entre la vegetación lanzó una piedra que impactó en la cabeza de uno de los policías.
Producto de este hecho el uniformado comenzó a sangrar, mientras su compañero era agredido por otro ciudadano identificado como Lisandro N., quien fue aprehendido. Un grupo de habitantes intentó liberarlo utilizando la fuerza y lanzando más objetos contundentes contra los servidores policiales.
El herido fue auxiliado por un habitante del lugar, llevado al subcentro de salud de Tiwintza y posteriormente trasladado a emergencia del Hospital Básico de Méndez.
Los médicos confirmaron que uno de los policías tenía una herida de tres centímetros de diámetro a la altura de la cabeza y otra en el brazo, y su compañero presentaba laceraciones en el antebrazo y contusiones en varias partes del cuerpo.
Mientras tanto, el agresor fue trasladado al Centro de Rehabilitación de la ciudad de Macas y puesto a órdenes de las autoridades competentes. Este jueves 11 de junio se cumplirá la audiencia de formulación de cargos para la apertura de las investigaciones.
Es el segundo caso de agresión contra la Policía Nacional en esta semana y el tercero en menos de un mes. La madrugada del domingo 7 de junio del 2020, desconocidos atacaron con dinamita el edificio de la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) de Gualaquiza. Aún no hay detenidos por este hecho.
Mientras que el jueves 14 de mayo, dos civiles y dos policías resultaron heridos tras una riña en la comunidad de San Rafael, cantón Huamboya. Los uniformados llegaron para atender una llamada de auxilio por un enfrentamiento entre habitantes en una fiesta que se cumplía bajo la vigencia del toque de queda.
Tras intentar poner orden, fueron agredidos con objetos contundentes y retenidos por varias horas, al igual que el patrullero en el que se movilizaban. Algunos de los atacantes estaban bajo el efecto del alcohol.