Adultos mayores empujados y golpeados en medio de tumultos mientras hacían fila en las afueras del IESS a la espera de ser vacunados

Largas filas de adultos mayores se generaron en la Sede del IESS para acceder a la vacuna contra el covid-19 este miércoles 5 de mayo del 2021. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO

Largas filas de adultos mayores se generaron en la Sede del IESS para acceder a la vacuna contra el covid-19 este miércoles 5 de mayo del 2021. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO

Largas filas de adultos mayores se generaron en la Sede del IESS para acceder a la vacuna contra el covid-19 este miércoles 5 de mayo del 2021. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO

Malestar y desesperación hubo entre los adultos mayores que acudieron la mañana de hoy, miércoles 5 de mayo del 2021, a las instalaciones del IESS ubicadas en la avenida Mariana de Jesús y Veracruz, en el norte de Quito, para vacunarse contra el covid-19.

Las personas, molestas y preocupadas, se quejaron por la pésima atención y contaron que a la gran mayoría la citaron a la misma hora, lo cual provocó una fila que llegó a ocupar tres cuadras. Algunos usuarios hicieron fila desde las 06:00 y hasta las 09:30 no conseguían inocularse.

Contaron que en la mañana hubo tanto irrespeto en este punto de vacunación que algunos abuelitos fueron empujados y golpeados por otros que intentaron colarse en la fila. Muchas de las personas ni siquiera tenían turno y ninguna autoridad acudió a poner orden.

Todos utilizaban mascarillas, pero nadie respetaba los distanciamientos. “¡Qué falta de organización! Se expone a los adultos mayores a quienes hemos cuidado tanto durante la pandemia”, manifestó Gabriela Flores, quien acompañó a su madre.

Gustavo Zurita hizo fila para ayudar a su esposa que tiene 76 años. “Nos dieron turno para las 09:00 y todo el mundo vino a esa hora, corremos el riesgo de contagiarnos de coronavirus”.

Mary Proaño esperó más de dos horas sin ser atendida. Lo mismo manifestó Luis Ruiz, quien se trasladó desde el sector de La Ferroviaria, sur de Quito.

Pese a que los adultos mayores usaban la mascarilla, el distanciamiento social fue nulo. Foto: Galo Paguay / El Comercio

Los parientes de un grupo de adultos mayores se ubicaron en uno de los accesos, en forma de cadena humana, para impedir que otras personas ingresen en la fila sin respetar los turnos. “Logramos que pasen quienes llegaron desde 06:00, lamentablemente unas 50 personas se colaron”, manifestó Verónica Chasiquisa.

Hubo un grupo de adultos mayores con problemas de salud. El esposo de Rosa Topón se quedó descansando en el carro porque tiene diabetes.

Sara Chicaiza llegó desde Carcelén Bajo e hizo fila para ayudar a su esposo, quien tiene varices y no puede permanecer más de una hora de pie. “Me da insolación, el Gobierno debe respetar nuestra edad y no tratarnos así. Mi marido tuvo que irse a caminar un rato para que no le duelan las piernas”.

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