150 años de cárcel para el estafador B. Madoff

Nueva York.   AFP y Reuters

De las playas de Long Island donde fue salvavidas, a los salones lujosos de los clubes de golf donde todos querían figurar entre sus amigos, Bernard Madoff encarna la figura del perfecto estafador.

Gritos en la sala
La sala del  tribunal se inundó ayer de gritos de alegría y aplausos,  luego de que el juez Denny Chin leyó la condena. Madoff  permaneció impávido con sus manos enlazadas en la cintura, cuando oyó la sentencia que lo envió a la cárcel por el resto de su vida. 
Madoff esperó  pasivamente la hora y media de audiencia en la que sus víctimas lo calificaron de "bestia", "animal" y de desgraciado. Vestía un traje oscuro y corbata negra.
Los fiscales del caso  dicen que por la principal cuenta de Bernard Madoff pasaron USD  170 000 millones  durante décadas y que semanas antes de su arresto en diciembre, las cuentas de la firma mostraron  USD 65 000 millones.Si el mundo de las finanzas de Nueva York y Palm Beach (Florida) lo conocía desde hace tiempo, el común de los mortales recién descubrió después de su detención, el 11 de diciembre pasado, el rostro del timador del siglo, su cabellera gris y ondulada, la mirada azul detrás de finos anteojos y sus labios finos crispados en una ligera sonrisa.

Desde entonces, los semanarios hurgaron en los archivos: Bernie  fumando habanos, con una gorra de béisbol, en uno de sus cuatro yates o Bernie y su esposa Ruth en una fiesta judía de beneficencia: no había semana en que no salieran nuevos detalles sobre su vida de pachá.

Bernard Madoff, de 71 años, quien admitió que cometió fraude, falso testimonio y robo en una estafa por más de USD 50 000 millones,  fue condenado  ayer a 150 años de cárcel por la Corte del distrito federal de Manhattan por haber montado el mayor y más descarado fraude en la historia de Wall Street.  Durante décadas engañó a clientes del mundo.

Ante el tribunal que lo condenó, el financista ofreció disculpas a sus víctimas. Dijo: “Viviré con este dolor por el resto de mi vida” .

En un video de 1998 que circula en la Internet, Madoff es el invitado de un programa sobre inversiones bursátiles. Interrogado sobre los mecanismos y los riesgos, responde con seguridad: “El inversionista debe vivir tranquilo. Soy yo quien se ocupa de la administración cotidiana” .

Bernie  supo crear una mezcla imparable de éxito, confianza y misterio. Ex presidente de la Junta Directiva del Nasdaq (la Bolsa electrónica), comprendió rápidamente lo que la revolución electrónica aportaba a las operaciones bursátiles.

La institución reguladora de la bolsa (SEC), durante mucho tiempo, cerró los ojos ante las maniobras de Madoff, que ofrecía a sus clientes intereses excepcionales, pero el estafador nunca invirtió un solo centavo de las fortunas que le confiaban.

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