Mientras los venezolanos llegan a Quito con la esperanza de encontrar mejores oportunidades económicas, también forjan historias personales en este proceso.
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La población venezolana que reside en Ecuador, principalmente, en Pichincha y Guayas se ubica entre los 20 y 64 años de edad con un peso del 66%. Mientras que un 32% son niños y adolescentes.
El 48% está casado o en unión de hecho, pero hay un significativo 46,6% que corresponde a solteros. Este grupo se destaca por su dinámica búsqueda de empleo y estabilidad económica en un nuevo entorno.
Sin embargo, también se observa un número creciente de venezolanos que, tras establecerse en Ecuador, ya tienen pareja o han formado hogares con ecuatorianos. Esto evidencia una integración cultural y social que va más allá de lo económico.
EL COMERCIO dialogó con dos parejas, quienes compartieron sus vivencias y cómo logran entenderse, pues venezolanos y ecuatorianos tienen frases y palabras con significados muy distintos. Esto de una otra manera genera confusiones, pero también momentos amenos.
Ma. José y David incluyeron a la arepa y al tigrillo en su dieta
La ecuatoriana María José Noboa y el venezolano, David Gómez, se conocieron en el trabajo hace cinco años. Actualmente ya tienen dos años de casados y están esperando su primer bebé. La familia también incluye a dos perros.
David está en Ecuador desde hace siete años, porque la empresa en la que trabajaba le dio el traslado a Ecuador. “Gracias a Dios vine con trabajo y vi una oportunidad acá en el país”.
Para María José no le ha resultado muy difícil la adaptación como pareja, pues hay muchas similitudes culturales, pero también reconoce que tienen diferentes dialectos y costumbres.
David coincide con su esposa y cree que por el lado de la comida hay más diferencias. Por ejemplo ve que acá hay más uso de las papas y el verde, que en Venezuela. Poco a poco, ella ha incluido la arepa en su dieta y él ahora ha hecho del tigrillo su plato favorito. “El que hace Majo es uno de los mejores”.
Hace poco tiempo, María José estuvo en Venezuela y ahí conoció mejor su gastronomía, pues cree que lo que se ve en Quito aún es mínimo. Lo que llamó su atención es la similitud entre el sancocho de aquí con el de allá y cree que son más de comida rápida. Los tequeños y la cachapa con diferentes quesos son algunos ejemplos de esto.
Por otra parte, ella valora mucho la manera tan trabajadora de los venezolanos y él cree que pese a que es un país pequeño hay mucho trabajo que hacer y explotar.
Elvis y Ricardo se conocieron en una peluquería
Ricardo Huertas, de 50 años de edad y Elvis González, de 38, se conocieron hace cuatro años en la peluquería de Ricardo. Llevan tres años de relación sentimental.
González llegó al Ecuador buscando un mejor futuro y ahora cree “que es más quiteño que el choclo”. Al principio no entendía cómo hablaban los quiteños, pero se fue adaptando.
La adaptación no fue tan compleja, pues Ricardo cree que al recibir personas extranjeras hay que ser tolerantes y no se puede exigir, por ejemplo, que le guste el mote.
El encebollado, el bolón, los mariscos le encantan a González, pues es de Maracaibo, de la parte costera.
Los términos que se usan a diario en Quito, como perdón para pasar a un sitio en vez de permiso o al decir una ubicación cercana se usa el “aquicito” también le sorprendieron.