En la pastelería y chocolatería artesanal Chez Tiff, ubicada en La Ronda, en el Centro de Quito, se promueve un turismo vivencial. A este emprendimiento familiar acuden a diario visitantes que aprenden sobre la historia del cacao en el Ecuador, al tiempo que observan fascinados la elaboración de chocolates.
Una buena parte de los turistas integran grupos con guías de agencias locales y que ya tienen una cita previa para ser parte de las instructivas charlas. No obstante, cualquier persona que acuda a este lugar, recibirá una explicación sobre chocolates con tocte, zambo o ishpingo, algunos de los sabores más apetecidos.
Los propietarios de esta tienda investigaron desde hace más de 10 años sobre la historia del cacao, razón por la cual su amplio conocimiento del tema es compartido a sus clientes.
Bertrand Indemini y su esposa Cristina Báez, desde hace 15 años gerencian la pastelería y chocolatería artesanal Chez Tiff. Foto: Roberto Peñafiel / EL COMERCIO
El emprendimiento lleva ya 15 años. Al inicio empezaron con un horno y básicamente con trabajos en pastelería, porque Bertrand Indemini, de origen suizo, es un experto pastelero.
Bertrand junto a su esposa Cristina Báez, ecuatoriana graduada en pedagogía, empezaron a interesarse cada vez más por el ‘manjar de los dioses’, como es motejado el chocolate en algunos lugares del mundo.
En el local, donde hay sillas y mesas para disfrutar de un buen café o un chocolate caliente, hay un cartel explicativo que resume la historia del cacao, cuyo inicio data desde hace más de 5000 años en la Amazonía.
Báez explica, por ejemplo, que el ‘boom’ cacaotero se dio en tres etapas a lo largo de la historia ecuatoriana. “Todo el mundo nos dice que la tienda huele a chocolate, pero nosotros ya ni sentimos”, relata sonriente la propietaria.
Un chocolate con sabor a Amazonía
Los chocolates de Kallari, que se elaboran con el cacao que siembran y cosechan 850 familias de una asociación en Tena, provincia de Napo, se los puede adquirir en una cafetería temática ubicada desde hace una década en la intersección de las calles Wilson y Juan León Mera, en el sector de La Mariscal, norte de Quito, otro de los sitios de amplia concurrencia turística en la capital ecuatoriana.
Los chocolates de Kallari, elaborados con el cacao que siembran en Tena, provincia de Napo, se los puede adquirir en el sector de La Mariscal, norte de Quito. Foto: Roberto Peñafiel / EL COMERCIO
En este lugar también se ofrecen recorridos por las fincas donde se cultiva el cacao en la Amazonía, para de esta manera compartir de cerca con los agricultores. Así lo explica Patricio Salas, administrador de la unidad de negocio de Quito. “Todo lo que se produce va en beneficio de los asociados”.
Kallari ofrece 12 tipos de chocolates. Sus productos son exportados hacia Francia, Suiza, Japón e Inglaterra.