Una gruesa capa de nieve se acumuló en las faldas del volcán Chimborazo debido al descenso de las temperaturas y al incremento de lluvias por la temporada invernal. Las nevadas atrajeron a decenas turistas y el número de ingresos a la Reserva de Producción de Fauna se duplicó en las últimas dos semanas.
La nieve puede apreciarse incluso antes de llegar al primer refugio. Allí los niños protagonizan guerras de bolas de nieve y concursos para hacer muñecos. También hay quienes se recuestan para formar figuras.
Pero las opciones de actividades que se pueden realizar son varias. El trekking entre los dos refugios y una caminata hasta las lagunas son las actividades preferidas de los aventureros.
Antes de subir, los guardaparques del Ministerio del Ambiente, quienes vigilan el sitio permanentemente, sugieren que se tomen un tiempo para aclimatarse a la altura, que usen ropa y zapatos apropiados, no apartarse del sendero durante la caminata y realizar la actividad en grupos.
El recorrido entre el primer refugio y las lagunas es de aproximadamente 2.5 kilómetros y se llega a una altura de 5 200 metros sobre el nivel del mar, por lo que está recomendada para personas con excelente condición física y que no tengan enfermedades cardíacas.
Quienes prefieran no caminar, pueden disfrutar del espectáculo de las nevadas y el paisaje pintado de blanco en el primer refugio. Hasta allí se puede llegar en carro y hay una cafetería que ofrece bebidas calientes, postres y otros refrigerios.
Recorrido por la nieve del Chimborazo
La temporada invernal atrae a más turistas en busca de la nieve a la Reserva de Producción de Fauna Chimborazo. Fotos: Raúl Díaz para EL COMERCIO
La temporada invernal atrae a más turistas en busca de la nieve a la Reserva de Producción de Fauna Chimborazo. Fotos: Raúl Díaz para EL COMERCIO
La temporada invernal atrae a más turistas en busca de la nieve a la Reserva de Producción de Fauna Chimborazo. Fotos: Raúl Díaz para EL COMERCIO
La temporada invernal atrae a más turistas en busca de la nieve a la Reserva de Producción de Fauna Chimborazo. Fotos: Raúl Díaz para EL COMERCIO
La temporada invernal atrae a más turistas en busca de la nieve a la Reserva de Producción de Fauna Chimborazo. Fotos: Raúl Díaz para EL COMERCIO
La temporada invernal atrae a más turistas en busca de la nieve a la Reserva de Producción de Fauna Chimborazo. Fotos: Raúl Díaz para EL COMERCIO
La temporada invernal atrae a más turistas en busca de la nieve a la Reserva de Producción de Fauna Chimborazo. Fotos: Raúl Díaz para EL COMERCIO
La temporada invernal atrae a más turistas en busca de la nieve a la Reserva de Producción de Fauna Chimborazo. Fotos: Raúl Díaz para EL COMERCIO
Allí hay una sala de aclimatación donde pueden descansar los visitantes mientras empiezan a acostumbrarse al cambio de altura y la disminución de oxígeno. También se ofrece servicio de alojamiento que incluye merienda y desayuno, por USD 30.
“Es la primera vez en mi vida que veo nieve y no tuve que viajar a otro país para apreciar este espectáculo natural. Estoy asombrada de que en Ecuador existan lugares así. Estoy seguro de que volveré aquí todos los años”, contó Arlinton Tumbaco, un turista que llegó desde Manabí junto a su familia.
La Reserva Chimborazo recibe en promedio a 93 811 turistas cada mes. De ellos, el 80% son nacionales, en su mayoría llegan de ciudades de la Costa, pero también llegan desde Quito, Cuenca y otras ciudades de la Serranía.
El otro 20% de visitantes llega desde el extranjero. Steve Shepard, por ejemplo, arribó desde Estados Unidos. “Tenemos nieve en mi país, pero no es posible llegar tan alto y menos a la cima de un volcán. Supe del Chimborazo porque lo nombraron como el punto más cercano al sol”, reconoció Shepard.
Los centros de turismo comunitario también se vieron beneficiados del incremento de visitantes en el Chimborazo debido a las nevadas. En los locales de venta de artesanías de la Reserva y en las comunidades aledañas se incrementaron sus ventas.
Los comuneros ofrecen coloridas bufandas, ponchos, gorros, guantes y cuellos que son tejidos con lana de alpacas. Las prendas cuestan entre USD 3 y 45 y se pueden adquirir en el centro de interpretación de la Reserva, en la Casa Cóndor y en la comunidad Pulinguí San Pablo.
Allí hay centros de turismo comunitario que también ofrecen recorridos guiados por los páramos, visitas a los corrales de crianza de alpacas y también restaurantes donde se ofrece comida típica de la zona.