AMT usa ataúd como medida extrema contra conductores que exceden velocidad en Quito

Agentes de la AMT daban como opción de sanción un ataúd a los conductores que exceden los límites de velocidad en Quito. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO

Los siniestros en Quito aumentaron este 2023. Solo en los primeros 19 días de marzo 11 personas perdieron la vida en las calzadas.

Para generar conciencia en los conductores la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT) inició una campaña de concienciación que incluye opciones para las personas que manejan vehículos.

La primera es que continúen su viaje en su propio vehículo pero con reducción de la velocidad a los rangos permitidos. La segunda es que se suban a una patrulla si exceden el límite permitido.

Medida extrema para concientizar

La tercera, no tan agradable, es una ambulancia en la que serían trasladados en caso de resultar heridos en un siniestro. Y la última, bastante extrema, es una carroza fúnebre con un ataúd abierto caso de que el desenlace sea fatal.

#ENVIVO El aumento de siniestros en Quito preocupa a las autoridades que buscan crear conciencia en los conductores. Reporta Patricia Armijo

Posted by El Comercio on Wednesday, March 22, 2023

Cifras de siniestros en Quito

Según Luis Morales, agente civil, es un intento por disminuir los índices de siniestralidad en Quito. En lo que va de 2023 se han registrado 262 siniestros. En todo 2022 fueron 745 y en 2021 un total de 836.

Por ese motivo las campañas intentan ser “hasta grotescas” para generar conciencia. Este miércoles 22 de marzo de 2023 una brigada de seguridad vial se ubicó cerca del puente de Guajaló, en el sur de Quito.

Allí fue retenido Pablo, quien viajaba a 98 kilómetros por hora. En ese lugar el límite de velocidad en la vía es de 90 kilómetros .“Tenemos que bajar la velocidad, no hay más”, dijo sorprendido al ver el ataúd abierto en frente suyo.

Aunque también exhortó a los agentes a controlar la velocidad y circulación de los motociclistas. “Van esquivando autos y causan accidentes”, aseguró.

Así uno tras otro eran abordados los conductores en la vía. Algunos sorprendidos hasta las lágrimas hacían la promesa de no exceder la velocidad.

Lucio Andrango fue uno de ellos. Se asustó al punto de que sus ojos se empañaron con las lágrimas. “Uno a veces no se da cuenta del peligro”, justificó.


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