Comunidad de Zuleta protege la naturaleza

Los productos de la zona se comercializan en toda la provincia.

Los productos de la zona se comercializan en toda la provincia.

Los productos de la zona se comercializan en toda la provincia. Foto: Cortesía Comuna de Zuleta

Zuleta, conocida como la localidad de los bordados, es biodiversa por toda la fauna y flora que posee en su territorio. Está ubicada al suroriente de la provincia de Imbabura, forma parte del cantón Ibarra y tiene una superficie aproximada de 4 770 hectáreas.

La conservación y restauración son los objetivos que tienen por delante los habitantes de este poblado. Trabajan en algunos proyectos a favor del ecosistema. Uno de ellos consiste en recuperar y preservar las 2 300 hectáreas de páramo que han sido declaradas como aéreas únicas. En estas se puede encontrar oso de anteojos, cóndores, gatos silvestres, tapires y venados.

“Podemos observar todas estas especies porque el territorio está protegido por los comuneros ya que nuestras tierras son reservas que no se puede tocar”, comenta Amable Chachalo, presidente de la Comuna de Zuleta.

Son 20 años que los habitantes vigilan el territorio por cualquier anomalía con brigadas. En la actualidad, se encarga un guardabosque con la ayuda de todos. Esta actividad es fundamental por ser una zona importante ya que suministra agua a seis comunidades y a la ciudad de Ibarra. “Los páramos son como unas esponjas que retienen el agua para luego llegar a los diferentes ríos que abastecen a los poblados”, asegura Chachalo.

Las artesanías de la lana de alpaca son otro proyecto que las mujeres de la zona elaboran como fuente rentable de trabajo. En el 2008 llegó a la comunidad esta especie y solo hace dos años se está trabajando para que la lana sea una fuente rentable entre los habitantes.

Posee dos fines, uno social que beneficia a los pobladores de manera educativa a conocer sobre otro tipo de tejido y que esta actividad traspase a más generaciones. Y la otra meta es económica para que no solo se sustenten de la agricultura.

Aparte de la lana, se está trabajando para realizar humus de la alpaca que ayuda como abono a todos los sembríos que poseen los parajes. Además, se capacita a los agricultores para que realicen el fertilizante en sus predios.

Los emprendimientos pequeños como los medicinales también son parte del desarrollo de la comunidad. Sulfo es una planta que se origina a 3 600 metros sobre el nivel del mar, entre los beneficios que posee está disminuir los efectos de la altura y el dolor de estómago, por esta razón se comercializa en la población.

Las pequeñas granjas agrícolas son otro comercio que sustentan a las familias. Consiste en adquirir a bajo costo un animal y obtener beneficios de su reproducción y crianza. “El dueño puede venderlos o consumirlos y también la comunidad ayuda en la compra y vende ya que se considera sustento para todos”, dice Chachalo.

El turismo se ha fortalecido en los últimos años, han organizado grupos de acuerdo con las fortalezas que posee cada uno de los colectivos como los ganaderos, agricultores y tejedores para ofrecer al turista una variedad de actividades singulares y atractivas para que visiten la comunidad.

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