El escritor sudafricano J. M. Coetzee ganó el Premio Nobel de Literatura en el 2003. Foto: Archivo AFP
J. M. Coetzee es uno de los escritores imprescindibles de la literatura contemporánea. Un autor que se ha dedicado a hurgar en lo más profundo de la condición humana a través de historias que reflejan la violencia en sus diferentes facetas.
El Premio Nobel de Literatura 2003 es un escritor de perfil bajo. Un hombre dedicado a la vida austera de la academia. Lo interesante de Coetzee es que es un escritor del mundo contemporáneo y no alguien que vive solo en medio de los cantos de las ninfas. Este es el criterio que tiene César Chávez, bibliotecario del Centro Cultural Benjamín Carrión, sobre el autor sudafricano.
La idea que Chávez tiene de Coetzee en el plano personal la encontró en ‘Aquí y ahora’. En donde aparece un Coetzee amante de las libertades y de la escritura alejada de lo panfletario y cercana al arte.
A Raúl Serrano, catedrático de la Universidad Andina Simón Bolívar, le parece interesante que Coetzee mantenga la postura de íntimo y humano. “El salvaje -dice- que se resiste a toda forma de colonización, como el personaje que reinventa en su novela ‘Foe’”.
Si hay algo que Coetzee trabaja en sus novelas y ensayos, de forma recurrente, es esa incapacidad para comunicarse que vive la sociedad actual. Este escritor tiene la habilidad de poner en tensión y diálogo problemas de la sociedad actual como el racismo, la exclusión y la intolerancia.
Al estilo del escritor argentino Jorge Luis Borges, Coetzee prefiere destacar sus lecturas a sus escritos. Serrano agrega que es un lector al que le gusta resaltar los textos de los autores que ama y que le han ayudado a enriquecer su horizonte creativo.
Su ética apegada a la austeridad, como principio de vida, es lo que le ha ayudado a vivir alejado del show y el espectáculo.
La crítica literaria está entre sus facetas más prolíficas. Coetzee se ha cuestionado sobre la existencia de los autores clásicos, es decir, en cómo un escritor se convierte en un autor que sobrevive a otros. En sus ensayos sobre este tema ha estudiado a Kafka, Dostoievski, Musil o Lessing.
Pero quizás el mayor mérito de Coetzee es haber logrado que la literatura se convierta en ese espacio donde la vida contemporánea se somete a cuestionamientos implacables.