El zoológico en Guayllabamba ha implementado un sistema de recorridos unidireccionales. Se acceden en grupos que son monitoreados por los guías. Foto: Cortesía Zoológico de Guayllabamba
Los visitantes poco a poco empiezan a regresar a los zoológicos. Después de casi cuatro meses sin recibir público, debido a la emergencia sanitaria, la mayoría de estos centros abrió nuevamente sus puertas en julio. La creación de rutas guiadas, la aplicación de normas de bioseguridad y el cierre de algunas áreas son parte de las medidas que han implementado estos sitios.
Durante los meses que estuvieron cerrados, los zoológicos perdieron su principal fuente de ingresos, que era el cobro de entradas. El dinero que se obtenía por la llegada de los visitantes era destinado para la alimentación, cuidado y rehabilitación de los animales. Por eso, ahora se enfocan en que las personas se sientan seguras de regresar.
El zoológico de Quito en Guayllabamba volvió a abrir sus puertas el 2 de julio del 2020. “Si bien los números no son como los de los años previos, nos ha representado un aporte para mantener las operaciones”, dice Martín Bustamante, director de este centro.
De lunes a viernes el movimiento es bajo. Cada día reciben a un promedio de 70 asistentes. Los sábados la cifra asciende a 500 y los domingos suelen llegar hasta 1 300 personas. La idea es motivar a los visitantes a que acudan entre semana para que no existan aglomeraciones los domingos.
Aunque los números son altos, están lejos de los habituales. Previo a la pandemia, los fines de semana recibían alrededor de 2 000 personas cada día. Bustamante dice que mantienen un aforo limitado para respetar el distanciamiento social. Áreas como la casa de los animales nocturnos y el recinto de los cusumbos todavía continúan cerrados.
Para este feriado del 9 de octubre, se habilitará el sendero del bosque seco, con la idea de que las personas tengan más opciones al aire libre. En el zoológico se llevan a cabo solo recorridos unidireccionales. Al ingreso, se toma la temperatura a los visitantes y estos deben tener su mascarilla puesta.
Este proceso también se lleva a cabo en el Bioparque Amaru, ubicado en Cuenca. El centro empezó a recibir al público desde el 18 de julio del 2020, pero han tenido una baja afluencia de personas.Para Ernesto Arbeláez, director de este zoológico, esta ha sido la prueba más dura en la historia de Amaru. En agosto del 2020 recibieron solo a un 12% de los visitantes que llegaron en el mismo mes del 2019. En septiembre, el porcentaje subió a 18% y esperan que la situación mejore, ya que todavía tienen deudas con proveedores de alimentos y medicinas.
Los zoológicos de la Amazonía han sido algunos de los más afectados, por su ubicación y su dependencia en el turismo. El zoológico El Arca, ubicado en Napo, abrió nuevamente el 15 de julio. Rocío Santamaría, propietaria del lugar, cuenta que esto les ha permitido cubrir los costos de alimentación de los 300 animales. Pero los ingresos no son suficientes para costear los proyectos de conservación y rehabilitación de la fauna rescatada que llega cada día. Los directores de estos centros coinciden en que no han recibido ayuda de la autoridad ambiental.