El virus zika prolifera en áreas pobres de América Latina, según la OMS

dotar de agua potable los hogares para que estos no acumulen el líquido en depósitos, pues son los lugares que el mosquito utiliza de criadero

dotar de agua potable los hogares para que estos no acumulen el líquido en depósitos, pues son los lugares que el mosquito utiliza de criadero

Según la OMS, es clave dotar de agua potable a los hogares para que estos no acumulen el líquido en depósitos, pues son los lugares que el mosquito utiliza de criadero. Foto Referencial: Pixabay

América Latina está combatiendo con intensidad el virus del zika y apuesta por la prevención, pero sus esfuerzos han sido insuficientes porque la enfermedad sigue creciendo, sobre todo en lugares pobres, dijo la representante de la OPS/OMS en México, Gerry Eijkemans.

"Los países en la región están haciendo mucho, pero en este caso no hemos hecho suficiente porque sino el zika no hubiera tenida esta oportunidad de crecer como está creciendo, y se ve sobre todo en lugares pobres", señaló Eijkemans en entrevista con Efe.

La titular en México de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) explicó que la prevención ya existía antes porque el virus del zika se transmite por el mosquito Aedes aegypti, que también es portador del dengue y el chikungunya.

"El tema de los vectores (en este caso el mosquito) ha estado siempre en la agenda, pero hemos de involucrar a la sociedad para que esté motivada y haga su parte", subrayó.

Explicó, además, que hay "determinantes muy importantes", como dotar de agua potable los hogares para que estos no acumulen el líquido en depósitos, pues son los lugares que el mosquito utiliza de criadero.

"En América Latina hay mucha preocupación (en torno al zika) porque es un enfermedad que en el 80 % de los casos ni siquiera sabemos que tenemos, pero lo más preocupante son los efectos en los bebés", comentó.

La OMS ha asumido que hay "suficientes evidencias científicas" que ligan el virus del zika a problemas en el desarrollo fetal que producen microcefalia y el síndrome de Guillain-Barré, una disfunción neurológica que provoca paralización de los órganos, y ello constituye una emergencia sanitaria de alcance internacional.

Según el reporte del 2 de junio de la OMS, 60 países han notificado la transmisión del zika continuada y hasta en 11 países han nacido bebés con microcefalia, especialmente en Brasil, que lleva registrados 1 489 casos.

En México, se han detectado 357 casos de zika al 10 de junio, 113 de ellos en embarazadas, si bien no han nacido todavía niños con malformaciones.

Además de Brasil, "vamos a ver" más casos "en toda la región", explicó la especialista tras su participación en el II Foro Latinoamericano de Salud, organizado por la publicación América Economía en la Ciudad de México.

"El problema con el zika no es una enfermedad meramente vectorial. También está el tema neurológico, el tema de salud sexual reproductiva y el tema ético", remarcó Eijkemans.

Sobre el tema ético, la experta, originaria de los Países Bajos, destacó que ante un caso de malformación fetal la mujer embarazada, y por extensión la sociedad, debe plantearse cómo actuar.

"Aceptamos terminar el embarazo?" "Y qué pasará con este bebé que nacerá con muchos problemas?", se cuestionó.
La OMS declaró el pasado 1 de febrero que los trastornos neurológicos y las malformaciones ligados al contagio de zika constituían una emergencia sanitaria de alcance internacional, y después pidió a las autoridades que brinden "acceso a servicios de aborto seguro de acuerdo a la ley".

Eijkemans, que asumió su cargo de representante en México en febrero de 2016, dijo además que en muchas comunidades pobres "cuando nace un bebé con problemas, el papá no se queda", acentuando las dificultades.

Por todo ello, tal y como recalcó en la ponencia que presentó en el foro, para evitar la propagación del virus es más efectivo "invertir en prevención e intervenciones comunitarias" que "confiar solo en las tecnologías".

El Comité de Emergencias de la OMS afirmó que los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro de agosto de 2016 no suponen un riesgo adicional para la expansión del virus del zika, dado que en ese momento y a pesar "del riesgo personal", al ser invierno el nivel de transmisión "ya será muy bajo".

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