En Lima El Mandatario chino fue protagonista de la cita del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que se realizó la semana pasada. Foto: AFP
‘El presidente de todo’. Así lo describió la revista británica The Economist, en un artículo que recogió la definición sobre el personaje que hiciera Geremie Barme, académico australiano, sinólogo y profesor de historia china.
En efecto, Xi Jinping (Pekín, 1953), además de ser el jefe de Estado de China desde marzo de 2013, desempeña otras dignidades de trascendencia. Es el dirigente máximo del Partido Comunista de China (PCCh, el único permitido).
También, ostenta el cargo de comandante en jefe de las FF.AA. del gigante asiático, las mayores del mundo por el número de efectivos: 2,3 millones; y las segundas en gasto militar: USD
135 000 millones en 2015, según el sitio ruso Sputnik News, y USD 146 000 millones en el año en curso. Estados Unidos destina USD
534 000 millones para ese mismo propósito, el 2016.
La lista de cargos no termina ahí: a finales de octubre pasado, pocos días antes del inicio de su tercera gira por América Latina -que lo llevó por Ecuador, Perú y Chile-, se colocó en el mismo nivel que Mao Zedong, el fundador de la República Popular China, y del reformista Deng Xiaoping. Este último fue el visionario político que enderezó el ritmo del país más poblado del planeta y sentó las bases de lo que sería la economía socialista de mercado -o capitalismo de Estado-, que florece ahora en una nación con más de 1 300 millones de habitantes y potenciales consumidores.
A finales de octubre pasado, Xi, hijo de Xi Zhongxun, un revolucionario y camarada de Mao, ascendió a la categoría de ‘hexin’ o ‘líder central’ del PCCh. Este nombramiento lo puso a la par del ‘líder eterno’ cuyo imponente retrato aparece en la plaza de Tiananmen, en el centro del poder político de Pekín, y de Deng.
Una designación que, además, le otorga un poder ilimitado, pues sus decisiones no pueden ser discutidas, al menos hasta el 2023, cuando concluirá una década de poder casi total.
Una preponderancia que también se expresa en otro detalle: Xi encabeza una serie de comisiones cuyo abanico de competencias va desde la seguridad del Estado hasta las reformas económicas.
Con el enorme poderío que ha acumulado en estos años, el sucesor de Hu Jintao es llamado en algunos círculos de China como el ‘Emperador Xi’, según señala Jane Perlez, en su blog Sinosphere, que publica el diario The New York Times .
Con ese enorme capital doméstico acumulado en el plano doméstico, el líder chino, que ha asegurado que su país “ha recuperado su papel como gran potencia en el mundo”, ahora busca ampliar su influencia regional y mundial.
Eso explica la visita a Latinoamérica, en un escenario que parece propicio para Pekín, como consecuencia del triunfo electoral de Donald Trump.
La decisión del Presidente electo de EE.UU. de sacar a su país del Acuerdo Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés), abre de par en par las puertas a China liderada por Xi para rediseñar el mapa del comercio mundial. Pekín ya tiene listo un modelo alternativo a ese tratado. Se trata de la Asociación Económica Regional Integral (RCEP, por sus siglas en inglés), que deja de lado a Estados Unidos.
Entonces queda claro que, como lo anota el analista ecuatoriano Daniel Crespo, investigador y catedrático de la Universidad de Los Hemisferios, Xi, un ingeniero químico, encabeza un modelo singular. Este combina un sistema político fuertemente centralizado y restrictivo en cuanto a libertad política y de expresión, y una política económica y comercial que representa la cara más agresiva del capitalismo.
Pero el Mandatario chino no solo abandera un esquema de concentración de poder, de capitalismo de Estado y de fuerte apertura comercial y cultural. Él mismo hace parte del ‘boom’ de millonarios que se registra desde años atrás en un Estado que continúa la construcción de su sistema comunista sobre los pilares de la economía socialista de mercado.
Precisamente, la mayoría de los nuevos multimillonarios que se unieron al club de ricos del planeta el pasado año procede de China.
La revista financiera china Hurun, el equivalente de Forbes, en su lista anual de ricos del mundo, señala que 90 de los 99 nuevos multimillonarios del mundo que registró el 2015, proceden de China, Hong Kong y Macao. Así, el número de ricos del gigante asiático asciende a 568, por encima de los 535 de EE.UU., señala Hurun, que elabora clasificaciones equivalentes a las de Forbes.
Los multimillonarios de la segunda economía mundial, indica, tienen una fortuna total de 1,4 billones de dólares.
No solo eso: Pekín es nombrada en el informe como la capital con más multimillonarios del mundo, 100 en total. Es seguida por Nueva York, la ‘capital económica’ de EE.UU., con 95. Las ciudades chinas de Shanghái, Hangzhou y Shenzhen se incluyen, asimismo, entre las 10 urbes del mundo con la mayor cifra de acaudalados.
Wang Jianlin, presidente del emporio Wanda, se consolidó como el hombre más adinerado de China en 2015 con una fortuna de USD 26 000 millones y ocupa el vigésimo primer puesto en la lista global.
Entre los ricos chinos, también se incluye su actual Mandatario, aunque en menor escala que Wang Jianlin o que Jack Ma, el dueño y CEO de AliBaba, el exitoso sitio de comercio electrónico.
En el 2012, la agencia Bloomberg cifró la fortuna de la familia de Xi en USD 376 millones, un dato que desató la polémica ese año, cuando el actual ‘presidente de todo’ fue designado como cabeza del PCCh.
1972
En Pekín. Xi Jinping viajó a la capital china. Eran los inicios de la Revolución Cultural. Él entonces vivía y trabajaba en la remota aldea de Liangjiahe.
2014
En la cúspide. El poderoso Xi Jinping (der.) aparece en Pekín con dos de sus predecesores en la Presidencia de China: Hu Jintao (izq.) y Jiang Zemin.
2016
En Lima. El Mandatario chino fue protagonista de la cita del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que se realizó la semana pasada.