El artista quiteño Wilson Paccha exhibe 32 obras, entre dibujos, pinturas, esculturas y objetos intervenidos, en la galería Dpm de Guayaquil. Foto: EL COMERCIO
Wilson Paccha parte de lo mordaz, de lo maquiavélico y lo sarcástico para insuflar vida a las extrañas criaturas de su más reciente trabajo, su obra más “traviesa”, agrupada bajo el título de ‘Caprichos salvajes’ en una exposición en la galería Dpm, en Guayaquil.
Los colores estridentes y los motivos monstruosos de pinturas, esculturas y objetos intervenidos invaden esta vez los más diversos soportes: madera, papel, acrílico, camisetas, zapatos, palas, lata…
Vuelve la fijación con falos descomunales, con mujeres sensuales, con animales y escenas de su imaginario fantástico, en una muestra de 32 piezas que permanecerá abierta en el Puerto Principal hasta el próximo 17 de diciembre del 2015.
Pero el artista quiteño dice que toma más riesgos, se radicaliza en términos de sus esculturas y en objetos como un asador al que convierte en un personaje con cachos y ojos saltones, a partir de elementos como un guante, un pincel y una bola de billar.
La exposición es el resultado de una etapa de “mucha calentura”, dice el autor, y la obra se proyecta hacia lo festivo y “hacia la joda”, lo que tiene que ver con su personalidad.
“Soy travieso, epicúreo, sabroso como dicen acá en Guayaquil. No le pongo mucho misterio ni drama (al arte), vivo y vacilo también con mi obra”, indicó Paccha. En ‘Caprichos salvajes’ busca lo de siempre: vacilar, molestar, inquietar “y pasarla bien”.