La vivienda ubicada en Manabí no sufrió ningún daño luego del terremoto del 16 de abril, que dejó afectaciones estructurales en edificaciones de varias zonas de la provincia. Foto: Cortesía Rafael López Diseño Sustentable
Luego de la experiencia sísmica que el país vivió el pasado 16 de abril, una duda sigue latente respecto a la seguridad de una vivienda: las alternativas de construcción más idóneas ante un evento similar.
Entre las opciones recomendadas por los profesionales, el bambú tiene varios beneficios para reducir las pérdidas materiales y humanas. Un ejemplo de las bondades de esta caña se evidencia en el proyecto de Rafael López Diseño Sustentable, cuyo modelo de cabaña de bambú en Manabí permanece intacto luego del terremoto. El representante de la iniciativa dice que su intención es desarrollar un tipo de vivienda pensado para personas, no para el mobiliario.
“La vivienda no es solo techo y paredes. Debe ser fresca, segura y no necesitar equipos extras para mejorar su confort”. Al modelo seguro ante un sismo se le pueden añadir características ecológicas. López destaca la importancia de recurrir a procesos que incluyan el manejo adecuado y aprovechamiento de aguas grises, reutilizables para el riego. El correcto manejo de desechos, el uso de baños secos, energía solar y recolección de agua de lluvia para uso doméstico son otras características de esta vivienda de bambú.
Para el arquitecto Fernando Hinojosa, aunque los usos de la guadua tienen una larga tradición en América Latina, sus bondades todavía se subestiman y son poco conocidas en el campo de la arquitectura.
“El bambú se vuelve interesante porque es un material conveniente y económico para la construcción, tanto de viviendas como de los andamiajes que facilitan el trabajo”.
Entre los beneficios de usar este material para construir, Hinojosa menciona que la caña de bambú proporciona alta resistencia con relación a su peso. Además, la superficie natural es limpia, dura, lisa y con colores atractivos para vivir.
Según el arquitecto, también es necesario tomar precauciones para prolongar la duración del bambú. El corte tiene que hacerse en luna tierna para evitar la polilla. El material necesita secarse por completo y se debe combatir la invasión de insectos con humo.
Para Jorge Valverde, ingeniero de la Escuela Politécnica Nacional, es difícil que cualquier material resista un sismo de la magnitud del vivido. Sin embargo, asegura que “lo que siempre se pretende es que con el diseño que hacemos no se destruya completamente una estructura. Se contempla que esta quede averiada, pero lo importante es que se pueda reparar… Esa es la idea”.
Esta es una de las posibilidades que brinda el bambú. Según el profesional, lo más recomendable es hacer estructuras livianas, más aún en la Costa, donde las consecuencias del sismo fueron devastadoras.