Abdón Segovia, ganador del Salón de la Acuarela 2019, exhibe dos obras en la exposición colectiva ‘Vista previa’. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
Los colores y formas del trópico, las vivencias e imaginarios pictóricos de la ciudad, pero también la forma como los ismos y los lenguajes personales han interpelado las nociones de lo local se ponen en tensión. Eso se evidencia en la exposición ‘Vista previa’, del Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC).Es una mirada al oficio de la pintura de dos siglos en Guayaquil.
Es “previa” porque es la antesala de un libro y una exhibición más grande, que un colectivo de 13 artistas independientes alista para septiembre próximo con motivo de la celebración del Bicentenario de la Independencia de Guayaquil.
La muestra en el MAAC incluye obras de artistas invitados y de maestros locales de la pintura que irrumpieron con obras personalísimas en la escena local del siglo XX.
Entre las piezas de la reserva del MAAC están pinturas de Félix Arauz, con uno de sus ‘árboles’ ocres con muchos rostros dentro; Enrique Tábara, que reinterpreta el lenguaje ancestral en un óleo; Segundo Espinel, que ‘agita’ las geometrías de dos hombres que son muchos hombres; Araceli Gilbert, con diagonales constructivistas bicolor.
Las 42 piezas exhibidas -sobre todo pinturas, también acuarelas y dibujo- corresponden a tres generaciones de artistas guayaquileños, los de menor edad con 40 años.
La colectiva cuenta con la curaduría y participación de Hernán Zúñiga, quien destaca la presencia de “vivencias porteñas” en buena parte de los discursos plásticos.
“El contexto museológico pretende una visión antológica de dos siglos, con obras relevantes en ese trayecto histórico. Autores con evidente aporte estético en el desarrollo del imaginario colectivo y con recursos técnicos personales”, apuntó. Oscuros personajes alados y antropomorfos del artista del ‘barroco guayaco’ abren la muestra en un gran tríptico, de unos 6 metros de ancho por 3 metros de alto.
Abdón Segovia y Christian Moreano están entre los más jóvenes impulsores de la iniciativa. “La selección implica una reivindicación del oficio. La idea fue ponderar los principios académicos de la pintura”, dijo Moreano, quien ha sido premiado en el festival municipal Faal y exhibe dos pinturas de estilo hiperrealista.
También se busca ponderar el trabajo de artistas que han sido invisibilizados por la crítica hegemónica de arte, con lo que el ejercicio antológico no pretende ser canónico, según explicó Segovia, ganador del primer premio del Salón de la Acuarela 2019.
Segovia llenó de coloridos puntos color pastel –como un símbolo viral-, una pared en donde exhibe la obra ‘El origen de la pandemia’, un conjunto de cuatro acuarela y acrílico sobre cartulina.
La imagen central muestra el urinario que Marcel Duchamp hizo pasar como obra de arte en 1917 y un hombre vestido de negro con máscara de pico de pájaro, como la de los médicos que trataron la peste negra en la Europa del siglo XIV. Parece que el ‘doctor’ temiera contagiarse del arte conceptual “que busca diagnosticar”.