Las huellas del nuevo oso de anteojos son investigadas para conocer el tamaño del animal. Foto: Cortesía Proyecto de Investigación y Monitoreo de Grandes Mamíferos de la Prefectura de Imbabura
Tirado sobre la tierra, con los brazos abiertos, con sus patas y cabeza atadas con cuerdas a un tronco. Las fotografías difundidas en Internet por científicos y ambientalistas mostraban el cuerpo ya sin vida de Tushuk. Al cumplirse un año de la muerte de este oso de anteojos, el caso ha vuelto al centro del debate, ya que no hay detenidos y el proceso todavía se mantiene en
etapa de investigación.
Andrés Laguna, biólogo y encargado de Investigación para la Conservación de la Dirección General del Ambiente, de la Prefectura de Imbabura, explica que este animal fue monitoreado desde que era un osezno por la Fundación Galo Plaza Lasso. Después se continuó con este proceso en el marco del Proyecto de Conservación de los Grandes Mamíferos de Imbabura Geoparque Mundial de la Unesco, de la Prefectura de Imbabura, con el acompañamiento del Ministerio del Ambiente y Agua.
Tushuk era parte de la subpoblación de ejemplares que habitan en la parroquia de Angochagua. Desde que tenía 3 meses de edad se empezó a vigilar sus movimientos hasta que cumplió 2 años y medio, cuando fue presuntamente atacado en Santa Rosa de Pesillo, en Cayambe.
Laguna cuenta que no es muy común que los osos se desplacen en esa . El día del incidente, recuerda, se comunicaron con él para avisarle que Tushuk estaba en la comunidad y que se había refugiado en un árbol. El especialista pidió que lo dejaran allí hasta que él llegará, pero cuando arribó ya encontró al oso amarrado y sin vida.
Diego Medina, veterinario y especialista forense a cargo del caso, explica que la investigación sigue en curso, por lo que no puede revelar los resultados del estudio, pero se trata de una muerte violenta. “Se presume que este hecho corresponde a un conflicto fauna-gente, pues técnicos de esta cartera de Estado y miembros de la Policía Nacional recibieron una alerta de un posible ataque de un oso de anteojos al ganado de la comunidad”, explicaba el MAAE en un comunicado difundido el 31 de julio de 2019.
Laguna dice que muchas veces, debido al sobrepastoreo del ganado en los páramos y a su mal manejo, las vacas mueren por otras causas y los osos se acercan para comer sus cadáveres. Tushuk era un ejemplar aún joven, por lo que no cree que haya sido capaz de matar a una vaca por sí solo. El MAAE presentó una denuncia ante la Fiscalía cantonal para que se inicie la indagación previa por el presunto delito contra la flora y fauna silvestre, que se encuentra contemplado en el artículo 247 del Código Orgánico Integral Penal.
Al haber transcurrido un año sin respuestas, los investigadores temen que el caso sea archivado, por lo que han emprendido nuevas acciones. La organización Big Mammals Conservation (BMC), donde Laguna se desempeña como director Científico, presentará una nueva denuncia.
Felipe Rodríguez Estévez, abogado patrocinador de BMC en este caso, explica que se están ultimando detalles para que se pueda iniciar el proceso legal correspondiente. Este se ampara en el artículo 247 del COIP, que establece penas de hasta tres años de privación de libertad ya que se trata de una especie amenazada, en peligro de extinción y de comportamiento migratorio.
El abogado dice que si bien los derechos de la naturaleza se encuentran contemplados en la Constitución del Ecuador, no ha sido posible que se cumplan en muchos casos y esto levantaría un precedente. Además, demostraría que la sociedad civil puede actuar jurídicamente a favor de la protección de una especie.
El Grupo de Especialistas del Oso Andino Ecuador, que se oficializó hace un mes, emitió un comunicado para exhortar al Fiscal de Asuntos Indígenas de Cayambe y a las autoridades correspondientes a “dar la atención pertinente y no dejar impune este cruel delito contra la naturaleza”.
Santiago Molina, secretario de este grupo, explica que el conflicto gente-fauna por el ganado y la expansión de cultivos se ha convertido en la principal amenaza del oso andino, clasificado como ‘En peligro’ de extinción en el país. El caso de Tushuk no es un hecho aislado. En el 2015 se difundió un video que mostraba a dos personas sujetando por las extremidades a un oso, que estaba atado con cuerdas. En estos días se reportó la presencia de otro oso en Yahuarcocha.