La Duquesa de Alba falleció este 20 de noviembre del 2014. Foto: EFE.
Amante de los toros y el flamenco. María del Rosario Cayetana supo mantener viva a la desgastada Casa de Alba, la cual acumula más de 500 años de historia. Su personalidad excéntrica y rebelde tenía a la prensa rosa española pendiente de sus movimientos. Y es que su vida se podría resumir en una frase con la que se identificaba mucho, “Vive y deja vivir”, como escribió en la autobiografía ‘Yo, Cayetana’.
Asimismo, con la seguridad que le caracterizó hasta sus últimos días, habría pedido que el epitafio de su tumba diga “Aquí yace Cayetana, que vivió como sintió”. La Duquesa de Alba, conocida cariñosamente como Cayetana en España, falleció el jueves 20 de noviembre en horas de la mañana. Su vida, será recordada por haber desafiado las normas y tradiciones de su linaje.
La nobleza española querrá recordarla por su personalidad fuerte y por la afinidad que tenía hacia el arte. Esta es una tradición anclada en los Alba, quienes forjaron su identidad por ser grandes coleccionistas y mecenas de artistas como Ribera, Velásquez o Correggio.
María del Pilar Cayetana, la tatarabuela de Cayetana de Alba, posó para Goya. El resultado fue ‘La maja desnuda’ y ‘La maja vestida’, levantando rumores y polémica en la corona española. Picasso quiso repetir este acontecimiento, pero la Duquesa se negó, pues creía que el modelaje era un oficio frívolo.
A pesar de haber sido la persona con más títulos nobiliarios del mundo y de poseer una de las mayores fortunas de Europa, Cayetana votó por el Partido Socialista y era cercana a los líderes del mismo.
Su vida amorosa y las múltiples cirugías e inyecciones de botox que se habría hecho también ponían a temblar a la conservadora nobleza española. Su primer matrimonio fue con un “hombre a su medida”, como habría considerado su padre Jacobo de Alba. Pedro Luis Martínez fue el elegido, aunque ella tenía interés en el torero sevillano Pepe Luis Vásquez Garcés.
La boda celebrada en 1947 fue una de las más suntuosas de la época, incluso se dijo que opacó a la de la Reina Isabel, que se realizó un mes más tarde. Después del fallecimiento de su primer marido, la duquesa pensó que nunca más se volvería a casar. Pero dos matrimonios llenos de escándalo le siguieron. ‘La grande de España’ iría al altar por segunda vez con el ex sacerdote jesuita Jesús Aguirre.
Viuda nuevamente en el 2001, Cayetana empezó a salir con Alfonso Diez, un gran amigo de su ex marido. Sorprendentemente, selló su tercera boda en el 2011, a los 85 años. Diez, un hombre más joven que ella por 25 años, tuvo que firmar la renuncia a las propiedades de Cayetana para poder ir al altar con ella. A pesar del rechazo inicial de los seis hijos de la duquesa, ahora es muy cercano a los Alba.
Cayetana nunca habló sobre las cirugías estéticas de las que la acusaban e incluso dijo en una entrevista con el canal español Telecinco, que no sabe qué es el botox. Lo que sí es cierto, es que la belleza que ostentó durante la juventud, contrasta con la imagen que lució en las últimas décadas.
Eso sí, hasta el día de su muerte mantuvo su estilo extravagante, reconocido por una esponjosa cabellera blanca y ropa y accesorios llamativos.
La mujer que disfrutaba coquetear por diversión, que le emocionaba la maternidad y que habría elegido a Sevilla como su lugar de nacimiento, no se fue sin despertar reacciones de tristeza en todo el mundo.