Si bien lo romántico se mantiene fuerte, los ‘crop tops’ están en ascenso. Vestidos de Carolina Crespo. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
A semanas de que se inicie la temporada de las graduaciones, los apuros por conseguir el vestido perfecto para este gran evento en la vida de una persona joven seguro tiene a las familias con los nervios de punta. Si después de haber recorrido centros comerciales y haber navegado en Internet no se ha encontrado con el diseño soñado, lo recomendable es encomendar la creación y confección a diseñadores locales.
Un diseño de Carolina Crespo. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
Jackie Carvajal, Anabel López, Florencia Dávalos y Milú Espinoza son algunas creativas quiteñas que ofrecen este servicio. Carolina Crespo y Ana Guarderas, también de la capital, exhibieron algunas de sus creaciones para indicar las tendencias de la temporada.
Los vestidos de corte sirena están fuera y han dado paso a cortes en A, con ceñidos en la parte superior o con énfasis en la cintura. Los ‘crop tops’ son la opción jovial y las transparencias en el abdomen y en la espalda apelan a la sensualidad y al romanticismo.
Para la parte inferior se usa mucho el corte a lo largo de la pierna o las faldas largas, con transparencias o no, sobre minifaldas o shorts cortos.
Ana Guarderas presentó un diseño con tela de apariencia etérea y otro que recuerda al ‘hippie chic’ de los 70. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
Las telas son de apariencia etérea, como el chifón o el tafetán. El uso de bordados, pedrería y encaje dan detalle al vestido, pero también son los acabados de mayor costo. En cuanto al color, la mayoría de instituciones educativas pide el blanco y dentro de este hay variaciones como los champanes, cremas o beige. Además, se puede agregar distinción al vestido con detalles metálicos plateados o dorados.
Todas estas ideas y las que tenga la cliente se consideran a la hora de la creación. Además, las diseñadoras hacen recomendaciones de acuerdo con el cuerpo y el estilo de quien usará el modelo. El objetivo es obtener un producto final único, exclusivo y a la medida.
Crespo y Guarderas recomiendan acudir unos dos meses antes del evento, para que el proceso sea realizado con calma. No antes, porque se puede variar en el peso. Es posible elaborar un vestido en una semana, pero mínimo hay que hacer el pedido tres semanas antes, para que la cliente quede satisfecha. Los costos varían de acuerdo con los materiales usados y la complejidad del diseño. Es posible adquirir uno de estos vestidos desde los
USD 400 en adelante.