La muralista Carla Bresciani es la autora de las piezas que cubren 12 pilares; seis fueron trabajados de forma comunitaria. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO.
Una venus de Valdivia roja, de labios voluptuosos, lentes celestes y gran tocado, muestra el músculo del brazo izquierdo (como la mujer del célebre cartel feminista de los años 40), en uno de los pilares bajo el paso elevado de la avenida Malecón y avenida de la Cultura, en Manta.
La iconografía de la estatuilla de cerámica, símbolo de la cultura arqueológica precolombina que habitó la costa (entre el 3 500 y el 1 800 antes de Cristo), aparece también en otro pilar, con collares y pulseras, luciendo las amplias caderas que han hecho míticas a las figurinas valdivias.
Los murales son obra de la artista urbana guayaquileña Carla Bresciani. Ella rinde tributo a sus raíces manabitas y llena el fondo de los pilares con arcoíris y coloridas geometrías; una forma de imprimirle alegría a los bajos de un paso cercano a la antigua zona comercial de Tarqui, devastada por el terremoto de 2016.
Con las Venus, Bresciani también plasma los personajes femeninos que han marcado su obra desde sus inicios en el muralismo hace tres años, una suerte de mujeres con capuchas, rostros vacíos y ovalados de los que brota plantas y flores. Tiene en común también con las Venus que “son cuerpos reales”.
“La obra gira en torno al empoderamiento femenino y al rechazo a la violencia de género”, dijo la muralista. Se trata del inicio del proyecto ‘Murales al Mar’, junto al Ministerio de Cultura y Patrimonio, el Gobierno local y la Comisión de Igualdad y Género, que preside la concejal Lady García.
La primera actividad se denomina ‘Los Pinceles se unen y le dicen no a la violencia contra la mujer’ e incluyó murales colaborativos y obra personal de Bresciani. Ella abrió una convocatoria en Manta y ofreció un taller intensivo de muralismo comunitario, con el objeto de dejar muralistas en la ciudad.
La artista también trabaja junto con la fundación Amiguitos del Océano, que impulsa la concientización del cuidado del mar en las comunidades de la Costa. Junto a los niños de las escuelas, pintan murales ecológicos infantiles. “Me interesa mucho lo comunitario porque siento que estoy dejando semillas. Me gusta mucho compartir con los demás y que ellos se expresen”.
Los seis pilares de los extremos del puente son, de hecho, obra comunitaria e indagan en la creatividad a partir de lo orgánico, en la representación de plantas de la zona o corales marinos. Los otros 12 pilares fueron intervenidos por la artista con pintura acrílica, vinil satinado para exterior, marcadores de pintura acrílica con los que se delinearon los patrones geométricos ancestrales de pulseras y collares.
La artista trabajaba en ‘concept art’, la línea de ilustración en 3D para cine de animación o videojuegos, hasta que participó en un festival de muralismo de Machala, y se enamoró de “dibujar en gigante”.