Series como ‘The Vampire Diaries’, ‘The Strain’ y ‘Dracula’ renuevan la imagen de los vampiros en la televisión. Foto: IMDb/ Film Affinity
Los vampiros en televisión parecen ser una temática constante, que renueva a los seres míticos en cada programa.
La última temporada de ‘True Blood’ y el estreno de nuevas series –‘The Originals’, ‘Dracula’ y ‘The Strain’– con vampiros como protagonistas permiten ver la aceptación de estas criaturas en la pantalla chica.
Una de las series más antiguas en retratar a un vampiro fue ‘Dark Shadows’. El programa salió al aire entre 1966 y 1971 y en el 2012 se realizó un ‘remake’ para el cine, de la mano del director Tim Burton. El programa tenía a Barnabas Collins, un vampiro enfermo de amor no correspondido. Lo que mostraba una imagen vulnerable –aunque un tanto desquiciada- de una criatura antes estigmatizada como monstruosa.
En la película de Terrence Fisher, ‘Drácula’ (1958), el vampiro se empecina en destruir a una familia por venganza. La obsesión por la muerte y la sangre hacen de este filme un retrato intenso de las criaturas que requieren del consumo de sangre humana para sobrevivir.
En los 90 llegó a la pantalla chica una serie de culto que cautivó a una generación amante de las historias de vampiros. ‘Buffy, la caza vampiros’ termina primera en casi todos los rankings que hablen de vampiros.
Buffy es una adolescente ‘la escogida’ para luchar contra estos demonios. El poder sobrenatural que tiene para derrotarlos se sumerge entre el contexto del primer amor, la sexualidad y la constante presencia de la muerte que retrata la serie. En este programa la heroína mantiene al margen a los vampiros, excepto a Angel, quien trae a escena un ‘vampiro bueno’, apuesto, que también es torturado por otros demonios.
Se traza entonces una línea entre los vampiros que no buscan hacer daño y aquellos que están dispuestos a cazar a los humanos. Además de la posibilidad del amor entre una persona y un vampiro. Algo que se vuelve a explorar en la saga de ‘Twilight’ y en la serie ‘Vampire Diaries’. Un triángulo amoroso entre el vampiro bueno, el malo y una adolescente humana, hacen de esta última serie un universo que se debate entre la moral y la inmortalidad.
De esta serie se desprende ‘The Originals’ –que se estrenó este año en Latinoamérica aunque va ya en su segunda temporada-. El spin off de ‘Vampire Diaries’ sigue a una familia de vampiros originales que regresan a New Orleáns, la ciudad que ayudaron a construir.
Así como The Originals tiene entre sus personajes a vampiros de tez morena, ‘True Blood’ amplió el espectro conocido de los vampiros. La serie -que culminará en su séptima temporada en agosto de este año- dio al vampiro un símbolo de diversidad.
Antes conocidos únicamente como muertos vivientes, que pueden controlar a los humanos y criaturas de la noche, pálidas por que se debilitan ante la luz del sol. Ahora, en ‘True Blood’, los vampiros han ganado derechos ciudadanos y representan un sector de la población.
La serie de HBO llegó un poco más allá al aumentar entre sus ciudadanos a vampiros gay. El personaje de Lafayette Reynolds, por ejemplo, es un homosexual traficante de droga para vampiros. Reynolds, también disfruta de vestirse con bufandas vistosas, joyas y pestañas falsas, representando a los travestis del pueblo. El amplio espectro poblacional Louisiana hace de ‘True Blood’ un espacio más amplio para el universo de los vampiros humanizados.
Los vampiros resultan como una metáfora de la destrucción hacia el otro para la supervivencia propia. Tal como lo propone ‘Drácula’ la serie de Cole Haddon. La sociedad victoriana recibe a Drácula, un hombre emprendedor que llega a Londres con la idea de traer medicina moderna.
Su sed de venganza por quienes arruinaron su vida siglos atrás se contrapone con el amor que empieza a sentir por la mujer que parece ser la reencarnación de su esposa fallecida. Una vez más el sentimiento humano se intercala para hacer del vampiro un personaje complejo. Que se debate entre su naturaleza –que necesita sangre- y sus sentimientos.
Una nueva serie que se estrenará en julio pone a Guillermo del Toro a dirigir vampiros. En ‘The Strain’ se regresa a la idea principal que se tenía del vampiro, pero lo vincula a una enfermedad transmitida como virus.
La serie se sitúa en Nueva York, donde el doctor Ephraim Godweather dirige un equipo de investigación médica. Quienes están a cargo de investigar una extraña enfermedad viral que acabó con todos los tripulantes de un avión. El virus que los atacó tiene señales de antigüedad como el vampirismo. Lo que desencadena una guerra por el destino de la humanidad.
Entre humanizados y criaturas que se sacian con la sangre de los seres vivos, los vampiros se mantienen vigentes en la televisión, que cada vez ofrece más opciones para entender a estas míticas criaturas.