Viaje al fin del mundo

Los Cuernos son una formación rocosa que forma parte de la Cordillera del Paine y está ubicada a 2500 kilómetros al sur de Santiago de Chile

Los Cuernos son una formación rocosa que forma parte de la Cordillera del Paine y está ubicada a 2500 kilómetros al sur de Santiago de Chile

Mirador principal para ver los tres picos principales del parque Torres del Paine. Foto: Página oficial de Turismo de Chile

Viajar hasta la parte más austral de Chile significa encontrarse cara a cara con la naturaleza en todo su esplendor. Esta región es de las menos impactadas por el hombre, permitiendo encontrar paisajes monumentales llenos de formaciones rocosas, glaciares, aguas cristalinas donde las ballenas danzan y pingüinos que se atreven a coquetear con el turista.

Torres del Paine

Los Cuernos son una formación rocosa que forma parte de la Cordillera del Paine y está ubicada a 2500 kilómetros al sur de Santiago de Chile. Foto: Página oficial Turismo de Chile

Su belleza es tal que en 2013 fue nombrada la Octava Maravilla. Son 242 mil hectáreas flanqueadas por una cordillera moldeada por el avance de los glaciares hace 12 millones de años. De ésta resaltan tres picos macizos: Paine, Los Cuernos y Los Alfileres de Cleopatra. El trekking es la mejor actividad que se puede practicar en esta Reserva de la Biósfera. Hay siete circuitos de tres horas y hasta de 10 días. Las caminatas te llevan hasta el Lago Grey y su pared de hielo azul que se extiende 270 kilómetros. Hacer un brindis con hielo milenario es una tradición. 

Puerto Natales

Puerto Natales está ubicado en la zona antártica de Chile. Desde este lugar zarpan varios buques para recorrer el Estrecho de Magallanes. Foto: Página oficial de Turismo de Chile

Anteriormente, sólo era un mero lugar de paso hacia Torres del Paine. Ahora, brilla por mérito propio. Es donde zarpan los kayaks para encontrarse con el fiordo Última Esperanza, inundado de aguas turquesas, frecuentado por delfines y símbolo importante del Estrecho de Magallanes. También los recorridos a caballo por extensos pastizales dorados, que llegan hasta Argentina, son comunes, tanto como sentarse en algún mirador a esperar el vuelo del cóndor.

Pali Aike

La fauna es una de las características más importantes en el sur de Chile. A este lugar llegan las ballenas después de viajar cientos de kilómetros. Foto: Página oficial de Turismo de Chile

Este parque es de los más estudiados por los científicos, no sólo porque su terreno fue escupido por incontables erupciones volcánicas, sino porque aquí se dio uno de los asentamientos humanos más antiguos de la Patagonia: con más de 11 mil años. Su peculiar paisaje mezcla volcanes extintos, pastizales y caminos de lava basáltica que lo hacen apodarse "el país del diablo", según la tribu aónikenk. Las expediciones son para observar fauna: armadillos, gatos salvajes, hurones patagónicos y murciélagos orejudos. También puede ser la puerta de entrada a Punta Arenas e Isla Magdalena.

Punta Arenas

Es la ciudad más grande de la Patagonia y la base para emprender un viaje en barco hasta Tierra de Fuego. Pero antes de zarpar, hay que recorrer sus calles y cumplir la tradición: besar o tocar el pie del indio aónikenk del monumento a Magallanes, ubicado en la Plaza de Armas. Dicen que si lo haces regresarás a la Patagonia. La parte melancólica de la ciudad está en los silenciosos caminos del Cementerio Municipal, uno de los más hermosos de Sudamérica. Entre cipreses, mausoleos y jardines, descansan marineros que hicieron del Estrecho de Magallanes el destino final de sus vidas. Las tumbas son un tesoro arquitectónico.

Isla Magdalena

El Lago Grey y su pared de hielo azul que se extiende 270 kilómetros. Foto: Página oficial de Turismo de Chile

La mayor colonia de pingüinos magallánicos está ahí en la isla, nombrada Monumento Natural, en 1982. Son cerca de 60 mil parejas que viven entre cormoranes y gaviotas. El turista desciende del buque y puede acercarse a ellos, observar cómo alimentan, cuidan y entrenan a sus crías. Una caminata por los alrededores les mostrará que la única actividad humana es la de los 12 guardaparques que ahí viven. Como decoración, hay un faro para admirar completamente la isla. Isla Santa Inés
Se ubica en la provincia Tierra de Fuego y es un santuario de ballenas, morsas y glaciares que rompen sin avisar ante los ojos del viajero. Se puede recorrer en kayak o en rompehielos hasta llegar a Cabo de Hornos, el fin del mundo.

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