Los integrantes del grupo Élite deleitan con el floclor ecuatoriano a los turistas que arriban en los enormes cruceros. Fotos: Francisco Flores/ EL COMERCIO
Con el descenso de los turistas de las enormes embarcaciones se desata una verdadera fiesta en los muelles del Puerto Marítimo de Guayaquil.
La banda de la Policía Metropolitana comienza a entonar el Guayaquileño Madera de Guerrero y, entonces, aparece un cuerpo de baile integrado por jóvenes de ambos sexos.
Al son del compás y del contoneo de los cuerpos, los visitantes se contagian. No faltan las fotos y los videos.
Con música, baile y alegría transcurre en Guayaquil cada bienvenida a los barcos que son parte de la temporada de cruceros internacionales.
Entre pasos de baile, movimientos sincronizados y
luciendo guayaberas los hombres y vestidos blancos las mujeres, los jóvenes ofrecen un poco de la cultura guayaquileña, por medio de la danza folclórica costeña.
Aunque su repertorio incluye sanjuanitos y pasacalles, su mayor presentación es con música de la Costa. En el recibimiento, los turistas escuchan por primera vez temas como Guayaquil es mi destino, Guayaquileña, Alegre playita mía…
El grupo que lleva el folclor costeño hasta los muelles porteños se denomina Élite. Surgió en las fiestas de Carnaval del 2015, coincidiendo con la llegada de los cruceros.
Esta agrupación nació con la idea de Gloria Gallardo, presidenta de la Empresa Pública Municipal de Turismo.
“Su idea era que se requería tener bailarines profesionales que demostraran nuestro folclor, para poder exportar nuestra cultura.
Y qué mejor oportunidad el momento que vienen los cruceros para recibir a los viajeros con el calor que nos caracteriza a todos los guayaquileños”, explica Zayda Litardo, directora artística de la Empresa de Turismo.
Pero el trabajo de este cuerpo de baile a veces es complementado con otras agrupaciones folcloristas, como Grupo Explosión, Pronobis y Zaidan Studio, para ofrecer una mejor presentación respecto de un grupo mayor.
“En conjunto hacemos lo que nos gusta: la danza. Es una gran responsabilidad porque estamos dando a conocer nuestra ciudad, quiénes somos y nuestra identidad y cultura”, dice Litardo.
A la media mañana, y con el tercer tema en ejecución, no importa el calor del invierno. A esas alturas ya varios turistas han sido invitados a bailar por parte de los danzantes. Aunque el ritmo es desconocido, los visitantes no tienen problemas en mover su cuerpo.
“Eso es lo bonito de estos programas, que los extranjeros terminan contagiados por nuestra música y también se ponen a bailar”, comenta María, una de las integrantes del grupo que luce un vestido blanco largo y un fajín celeste.
A un costado, Juan y Juanita Pueblo, personajes emblemáticos de la promoción turística de Guayaquil, también danzan animadamente con los extranjeros.
“Es bonito. Es el primer puerto en que nos reciben así”, expresó Ana Lucía Álvarez, una jubilada española que llegó con su esposo en el crucero Mariner, a fines de enero pasado.
Con temas del floclor latinoamericano, entran al ruedo más visitantes. Ángelo Gutiérrez, bailarín del grupo Zaidan, que estuvo en la bienvenida, explica que han llevado el folclor costeño al exterior.
“Fuimos invitados al Festival Internacional de Folclor, en Ciudad de México. Estuvimos en Guanajuato, donde dejamos muy en alto el nombre del Ecuador, fuimos aplaudidos cada noche, nos despedían de pie, con un: “¡Viva Ecuador!”.
Katherine Lima, del mismo cuerpo de danza, lleva bailando música folclórica desde los 7 años y a los 17 tuvo su primera salida del país, “para conocer otras culturas y mostrar la nuestra”.
Litardo menciona que estos grupos participan en otros eventos promovidos por la Municipalidad, como los recientes Desfiles de Carnaval. “Si Brasil tiene el Sambódromo, nosotros tenemos nuestro Malecombódromo. Lo importante es mantener patente nuestra cultura y folclor”.