El ministro de Cultura italiano, Dario Franceschini, posa frente al Coliseo, en Roma. Foto: EFE
El Coliseo romano exhibe desde este 1 de julio del 2016 la luminosidad y esplendor originales en su fachada, después de que se haya completado la primera fase del proyecto de restauración, después de tres años de trabajos, que comenzaron en julio de 2013.
El proyecto está desarrollado por el Comisariado Delegado Arqueológico de Roma y Ostia Antica, con la supervisión especial del Departamento para los Bienes Arqueológicos de la capital italiana, y cuenta con la financiación de la firma Tods.
Este viernes se ilustró la conclusión de la primera fase de estos trabajos, la que se ha desarrollado en las fachadas norte y sur del Anfiteatro Flavio, incluidos los 31 arcos.
En total, se ha trabajado en una superficie de cerca de 13 300 metros cuadrados, según cifras de los responsables del proyecto. Además, en esta primera parte también se ha sustituido el hasta ahora sistema de cierre de los arcos por otros nuevos.
El acto de presentación ha contado con la asistencia del primer ministro italiano, Matteo Renzi, el ministro de Cultura italiano, Dario Franceschini, y el empresario italiano y director de Tods, Diego Della Valle.
Tanto Renzi como Franceschini y Della Valle coincidieron en la importancia de que las empresas inviertan en monumentos públicos para contribuir a la mejora de un país como Italia, que presume de su patrimonio cultural a nivel internacional.
En este sentido, Renzi hizo un llamamiento al sector empresarial para que “ponga sus recursos” al servicio de la cultura de Italia, pero no solo.
“Si hay un esfuerzo, una inversión también en el ámbito social, será positivo porque hará crecer la belleza de nuestra comunidad. (…) Debemos garantizar que aquellos que quieran dar ejemplo, puedan estar en condiciones de hacerlo”, sostuvo.
Una opinión en línea con la que mostró Della Valle, quien afirmó que el mundo de la empresa “hoy más que nunca se debe poner a disposición del país y de las necesidades” de Italia.
La primera fase de restauración del monumento símbolo de Roma ha contado con técnicas de lavado con agua pulverizada, alternando la acción del vapor del agua y el cepillado con cepillo de sorgo, para eliminar progresivamente los depósitos de suciedad y revelar las grietas del monumento, salvaguardando al mismo tiempo la pátina del tiempo.
Posteriormente, se ha procedido a la readhesión de las escamas de travertino, mediante mortero de cal e inyecciones de cal hidráulica líquida.
Además, se ha llevado a cabo la extracción mecánica del estucado no idóneo mediante micropinceles y la eliminación de los depósitos no pertenecientes a la superficie original mediante tratamientos localizados con microchorros de precisión.
Finalmente, el hasta ahora sistema de cierres ha sido sustituido por cancelas de hierro forjado. En concreto, se han restaurado 10 150 metros cuadrados de superficie de travertino, 1 200 metros cuadrados de cierres, marcos y rejas de hierro, y se han censado 81 895 elementos en la fachada norte y sur.
El proyecto, además de devolverle a este imponente anfiteatro romano su brillo original, ha permitido descubrir algunos elementos de valor histórico que habían quedado ocultos bajo materiales como polvo, guano o tierra acumulados por el paso del tiempo.
Así, por ejemplo, ahora se puede ver un bajorrelieve de cerca de 60 centímetros de alto que desvela un gladiador, o filigranas como encajes que se alternan con rosetones en la fachada norte, a lo largo de la cornisa inferior.
Durante la restauración, también se han evidenciado bajorrelieves del año 1300 que representan a Cristo en el altar flanqueado por dos candelabros ardiendo, o clavos de hierro cuya posición y forma son atribuibles a los trabajos de levantamiento arquitectónico efectuados en el Siglo XIX.
El Coliseo es uno de los monumentos icónicos de Italia, atrae a numerosos turistas de todas partes del mundo, y por eso el país está determinado a conservarlo y mejorarlo.
La siguiente fase, que aún no tiene fecha de inicio, se centrará en la restauración de los pasadizos y bóvedas subterráneas. Además de este proyecto de restauración, el Ejecutivo tiene previsto reconstruir en los próximos años la arena, es decir, la platea central del Coliseo en la que se desarrollaban los espectáculos más grandiosos y, en ocasiones, cruentos de la Roma clásica.
“Cuando la arena sea completada, este lugar será todavía más bello para los turistas (…), pero también por la posibilidad de organizar eventos culturales de altísimo nivel”, afirmó Franceschini. Por su parte, el primer ministro italiano destacó que Italia tiene la oportunidad de poner sobre la mesa en Europa el valor de la identidad cultural, para que la Unión Europea vuelva a ser “ella misma”.
“De aquello que ha ido mal en Reino Unido se abre una oportunidad interesantísima. Europa puede volver a ser ella misma. (…) La identidad cultural debe ser el elemento que Italia lleve a la mesa de Europa. Salvaremos Europa si no solo hablamos de bancos si no también de la gente”, comentó.