El Chocó Andino no solo se destaca por ser una de las regiones más biodiversas del mundo y por la historia que existe detrás de la cultura preincaica de los yumbos. Su suelo es apto para emprendimientos agrícolas, por lo que se han enfocado en el café de especialidad y en el cacao fino de aroma. Y ahora el turismo aprovecha también estos cultivos de altura.
En la parroquia de Nanegalito, en el noroccidente del Distrito Metropolitano, existen dos lugares cuya producción de café es muy apetecida en los mercados de EE.UU. y Europa, debido a las propiedades que da el cultivo de este fruto en el bosque nublado quiteño. Se trata de la Reserva Alambi y de la finca Frajares.
En Alambi, Brian Krohnke es quien ideó el proyecto junto con Favián Luna. Allí, los turistas llegan a observar las aves y también acceden a una experiencia sobre el cultivo de café en el Chocó.
En el viaje, el visitante puede hacer fotos de las aves y observar el proceso de siembra, recolección, despulpado, lavado y secado del grano. Además, el turista se lleva una bolsita de un café que es único en el mundo, porque fue sembrado en la latitud 0°, a 1 500 msnm.
En Frajares, en cambio, se logra saborear todos los productos que surgen alrededor de una cereza de café, como té de café, limonada de café o diferentes preparaciones del café tostado y molido. Según Francisco Restrepo, administrador, esta finca se especializa en la fusión de aromas.
La propuesta de este lugar es que el visitante tenga una experiencia breve como catador, para que aprenda a diferenciar los sabores periféricos del café, como lo dulce que se percibe en la punta de la lengua, lo amargo al momento de pasarlo por la garganta, o la acidez cuando entra en contacto con los costados de la lengua.
El café que se produce en el Chocó ha logrado calificaciones de 89 sobre los 100 puntos en los últimos procesos de catación internacional, razón por la cual es considerado como un café gourmet.
A 120 km de Quito, también en el Chocó Andino, se encuentra el pueblo de San José de Mashpi, un lugar que en los últimos años ha ganado fama internacional gracias a los chocolates que allí se elaboran.
Según Marco Bolaños, quien vive desde hace 36 años en ese sector, el secreto de su fama se basa en los recursos orgánicos que se utilizan. “El suelo fue potenciado con tratamientos de microorganismos, los cuales ayudan a la descomposición de la biomasa que sirve de abono”, indica.
Mashpi tiene una mezcla de sabores. De hecho, en una hectárea se llega a tener 35 variedades de cacao fino de aroma, unos con sabores cítricos, otros florales y frutales. Incluso tienen plantas de cacao salvaje que superan los 50 años.
Las aventuras de aviturismo y recorridos por haciendas cafeteras y cacaoteras se ofertan desde los USD 10 por persona. Los circuitos son fáciles de recorrer, por lo que pueden asistir niños y jóvenes sin problema alguno.
Los sabores que atraen del Chocó Andino
Café de especialidad que se cultiva en el bosque nublado quiteño, se ofrece en la Reserva Alambi, en Nanegalito. Foto: Julio Estrella / VIAJAR
Café de especialidad que se cultiva en el bosque nublado quiteño, se ofrece en la Reserva Alambi, en Nanegalito. Foto: Julio Estrella / VIAJAR
Café de especialidad que se cultiva en el bosque nublado quiteño, se ofrece en la Reserva Alambi, en Nanegalito. Foto: Julio Estrella / VIAJAR
Café de especialidad que se cultiva en el bosque nublado quiteño, se ofrece en la Reserva Alambi, en Nanegalito. Foto: Julio Estrella / VIAJAR
Café de especialidad que se cultiva en el bosque nublado quiteño, se ofrece en la Reserva Alambi, en Nanegalito. Foto: Julio Estrella / VIAJAR
Café de especialidad que se cultiva en el bosque nublado quiteño, se ofrece en la finca Frajares, en Nanegalito. Foto: Víctor Muñoz / VIAJAR
Café de especialidad que se cultiva en el bosque nublado quiteño, se ofrece en la finca Frajares, en Nanegalito. Foto: Víctor Muñoz / VIAJAR
Café de especialidad que se cultiva en el bosque nublado quiteño, se ofrece en la finca Frajares, en Nanegalito. Foto: Víctor Muñoz / VIAJAR
Café de especialidad que se cultiva en el bosque nublado quiteño, se ofrece en la finca Frajares, en Nanegalito. Foto: Víctor Muñoz / VIAJAR
Café de especialidad que se cultiva en el bosque nublado quiteño, se ofrece en la finca Frajares, en Nanegalito. Foto: Víctor Muñoz / VIAJAR
Café de especialidad que se cultiva en el bosque nublado quiteño, se ofrece en la finca Frajares, en Nanegalito. Foto: Víctor Muñoz / VIAJAR
Café de especialidad que se cultiva en el bosque nublado quiteño, se ofrece en la finca Frajares, en Nanegalito. Foto: Víctor Muñoz / VIAJAR
Café de especialidad que se cultiva en el bosque nublado quiteño, se ofrece en la finca Frajares, en Nanegalito. Foto: Víctor Muñoz / VIAJAR
Café de especialidad que se cultiva en el bosque nublado quiteño, se ofrece en la finca Frajares, en Nanegalito. Foto: Víctor Muñoz / VIAJAR
Uno de los mejores chocolates, premiado a nivel internacional, se produce en San José de Mashpi, en el Chocó Andino, noroccidente del Distrito Metropolitano de Quito. Fotos: Víctor Muñoz / VIAJAR
Uno de los mejores chocolates, premiado a nivel internacional, se produce en San José de Mashpi, en el Chocó Andino, noroccidente del Distrito Metropolitano de Quito. Fotos: Víctor Muñoz / VIAJAR
Uno de los mejores chocolates, premiado a nivel internacional, se produce en San José de Mashpi, en el Chocó Andino, noroccidente del Distrito Metropolitano de Quito. Fotos: Víctor Muñoz / VIAJAR
Uno de los mejores chocolates, premiado a nivel internacional, se produce en San José de Mashpi, en el Chocó Andino, noroccidente del Distrito Metropolitano de Quito. Fotos: Víctor Muñoz / VIAJAR
Uno de los mejores chocolates, premiado a nivel internacional, se produce en San José de Mashpi, en el Chocó Andino, noroccidente del Distrito Metropolitano de Quito. Fotos: Víctor Muñoz / VIAJAR