Ballenita, destino para el descanso y la desconexión en la Península

El Malecón escénico cuenta con un nuevo atractivo: un monumento a la ballena sobre una pileta. Foto: Enrique Pesantes / El Comercio
La tranquilidad es lo que prima en la playa de Ballenita, ubicada a cinco minutos del casco urbano del cantón Santa Elena. El incremento de atractivos turísticos del pequeño poblado de pescadores está atrayendo cada vez a más visitantes.
En el Municipio de Santa Elena estiman que la playa es ocupada los fines de semana al 90 por ciento de su capacidad (1 400 bañistas). Y los pocos hoteles -un puñado de sitios de hospedaje- registran entre un 10 y 15 por ciento más de clientes que antes de la pandemia.
Tradicionalmente, la parroquia es un sitio para casas veraniegas de los guayaquileños en la provincia de Santa Elena. Douglas Dillon, empresario hotelero, dice que se trata de un destino para el descanso, la desconexión con la ciudad y la reconexión con la naturaleza.

También es un pintoresco pueblito al que llegan personas que buscan restablecer su salud, pues cuenta con un clima privilegiado durante todo el año, dice Dillon. Él regenta la hostería Farallón Dillon, en lo alto del sector Capaes de la localidad. El hotel cuenta con 15 habitaciones, gran vista del perfil costero y 26 años de tradición.
La Galería Náutica de la hostería exhibe esculturas en madera, piezas de barcos convertidos en muebles, artesanías, antigüedades e incluso partes de un antiquísimo galeón español hundido.
Lugares para las ‘selfies’
Los servidores turísticos coinciden en que la inauguración en 2018 del Malecón escénico de Ballenita renovó el interés de los visitantes. Una suerte de muelle se interna 35 metros desde la orilla hacia el mar y remata en un mirador panorámico de dos niveles, como un faro que atrae a los turistas.
El Malecón tiene una superficie de 1 140 metros cuadrados, con escalinatas y rampas de acceso a la playa, figuras de peces y colas de ballena en los muros o regaderas al aire libre para tomar una ducha.
La parroquia urbana de la Península de Santa Elena toma el nombre de las ballenas jorobadas que visitan sus costas entre junio y septiembre. Además, hace un año el Municipio inauguró en el Malecón el monumento alusivo. Un cetáceo de seis metros con alas abiertas se levanta en una pileta.
Jefferson Tigrero, gerente de la empresa pública municipal Emuturismo, indicó que en dos meses se prevé también inaugurar un parque acuático con piscinas y toboganes al ingreso al cantón Santa Elena. El parque de tres hectáreas contará con una pista de monopatinaje y juegos infantiles, entre otras áreas de esparcimiento.

“Además de la playa de Ballenita, tenemos el cercano balneario de Chulluype, usado por surfistas”, indicó Tigrero. Entre Ballenita y Chulluype, otros puntos de surf son Pico Loco y el Castillo. Entre los puntos de interés turístico están también el mirador del cerro El Tablazo, la catedral de madera y el Museo Amantes de Sumpa.
El museo, levantado en un cementerio de más de 8 000 años de antigüedad, cuenta con una exposición arqueológica, una casa campesina tradicional, un área de usos y costumbres de la Península, y otra de navegación.
“El cementerio de la cultura Las Vergas es el más antiguo de América del Sur”, dice Javier Bazán, guía del museo. En la colina se excavaron y hallaron 200 esqueletos de los primeros pobladores de la Costa, cinco de ellos están expuestos en urnas de cristal, entre ellos los dos “amantes” que le dan nombre al museo, refiere el guía.
Las osamentas de un hombre y una mujer, de entre 20 y 25 años, permanecen abrazadas allí desde tiempos de la edad de piedra.

Tenga en cuenta
Ubicación. La comuna pesquera está ubicada a solo cinco kilómetros del cantón Santa Elena. Y a unas dos horas en auto desde Guayaquil (132 kilómetros, desde el Puerto Principal).
Clima. La temperatura ronda los 23 a 26 grados centígrados, la época más calurosa va de los meses de diciembre a mayo y la más fría, de junio a noviembre. Las ballenas visitan las costas del país entre junio y septiembre de cada año.
Oleaje. El balneario tiene una extensión de 1,6 kilómetros, de los cuales 200 metros corresponden a zona rocosa. Una curva en la costa, como una pequeña ensenada, permite un oleaje moderado.
