Las mujeres tsáchilas se encargan de diseñar y elaborar artesanías con semillas de nueve árboles nativos. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO
En la comuna Chigüilpe, unas 30 familias se dedican a la elaboración de amuletos para atraer la buena suerte.
Por lo general, son familias en las que los hombres se dedican al chamanismo y se encargan de transmitir energías positivas a esos artefactos en forma de lanzas, anillos, pulseras, bastones y otros.
Las mujeres diseñan y elaboran los amuletos, pero la recolección de las semillas es realizada por los jóvenes que se postulan para convertirse en chamanes. La recolección de nueve semillas se realiza entre septiembre y octubre, antes de la temporada invernal.
El guía nativo Emilio Calazacón señaló que cuando la recolección se hace a finales de noviembre o diciembre las semillas se encuentran humedecidas y se dañan con facilidad.
Hace 20 años, la recolección de semillas y la elaboración de amuletos se hacía en menor cantidad y se almacenaban hasta que llegara la fiesta Kasama (Nuevo Amanecer), que se efectúa durante la Semana Santa, de la religión católica.
Los jóvenes chamanes eran los encargados de llevar los amuletos hasta los rituales chamánicos, que eran dirigidos por los máximos líderes de las siete comunas tsáchilas. Las pulseras y lanzas eran colocadas en la mesa de los chamanes y permanecían ahí hasta finalizar la celebración, que duraba una semana.
En la actualidad, la mayoría de amuletos se elabora para la venta en la época de fin de año. Los tsáchilas realizan rituales y baños para atraer las buenas energías, prosperidad económica, felicidad y otros aspectos. También se curan enfermedades, dolores de cabeza y migrañas, ocasionadas por la ansiedad o el estrés, según los chamanes tsáchilas.
Al finalizar esos rituales, los chamanes les entregan amuletos con protección hasta para un año. En el caso de las pulseras, todas son negras, con semillas rojas o blancas, café o negro. Las rojas son las más poderosas, dijeron, porque tienen una semilla roja con un punto negro. Eso significa que el color rojo cuidará de la persona durante el día y el punto negro en la noche.
El chamán Agustín Calazacón, de la comuna Chigüilpe, afirmó que al menos se venden 500 amuletos en noviembre y diciembre. En los centros culturales donde se realizan rituales para recibir el Nuevo Año, los amuletos están incluidos en un paquete de rituales tsáchilas.
Estos incluyen baños desintoxicadores y purificadores, limpias, toma del ayahuasca (bebida alucinógena), aromaterapia, caminatas por el bosque para conocer las plantas medicinales, bebida energética y una presentación de música y danza nativa.
Para diciembre, los 32 chamanes certificados de la nacionalidad esperan recibir al menos 40 pacientes semanales.
A principios de noviembre se tiene previsto que se internen en el bosque para comunicarse con sus ancestros y pedir sabiduría a través de rituales. También para recolectar plantas medicinales que se utilizan en los baños y limpias. Entre estas está la ayahuasca, elena chili y flores silvestres para el baño de florecimiento.