Los niños aprenden de la cultura de los tsáchilas

80 niños tsáchilas y mestizos participan en un campamento vacacional en la comuna nativa Chigüilpe. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO

En las vacaciones escolares, los niños tsáchilas de la comuna Chigüilpe aprenden sobre las tradiciones y costumbres de la nacionalidad.
Natasha Calazacón, de 9 años, utiliza su tiempo libre para practicar marimba. Desde los 4 años, la pequeña mostró interés por ese instrumento y en la fiesta Kasama 2018 tendrá la oportunidad de presentarse en público.
Ella, junto con nueve niños más, se alistan para participar en esa celebración tradicional, que será a finales de marzo, con una danza típica.
La profesora y guía nativa, Mirian Calazacón, señaló que los padres decidieron que la fiesta Kasama fuera una oportunidad para que los pequeños definan su talento y empiecen a perfeccionarlo.
Los niños aprenden en la escuela cultural del centro turístico Mushily sobre las tradiciones y costumbres nativas, desde hace dos años.
Abraham Calazacón, líder de ese proyecto, señaló que en vacaciones los pequeños no solo hacen música y danza, también se preparan en otros campos como la medicina ancestral, técnicas para pescar y cazar o a que sean líderes.
Además de esas actividades, también participan en un campamento vacacional, que se realiza en la comuna Chigüilpe.
Esas actividades vacacionales son organizadas por la fundación Mosaches de Santo Domingo con aportes del Municipio y de la Asociación Cristiana de Jóvenes (ACJ).
Byron Aguilar, voluntario de Mosaches, señaló que es la primera vez que se realiza un campamento en las comunas tsáchilas. Ese plan vacacional busca que los niños intercambien sus costumbres y tradiciones.
No solo a través de la convivencia, sino también por medio de juegos típicos, historietas, dibujos y visitas a instituciones públicas como el Sistema Integrado ECU 911.
La agenda del campamento arrancó la semana anterior con actividades en la comuna como caminatas por los senderos tsáchilas, rituales chamánicos, degustación de la comida típica, entre otras.
Esas actividades se realizan en los centros culturales Mushily, Ka tiluli, Tolón Pelé y Museo Tsáchila. Ahí se hospedan y se realizan juegos lúdicos y dinámicas; mientras, aprenden sobre medicina ancestral.
Según Aguilar, el campamento tiene dos objetivos. El primero es que los niños intercambien conocimientos y cultura a través de juegos.
El otro es ayudar a generar recursos en las comunas por medio de la promoción al turismo local. “Los niños están encantados con la cultura y el idioma tsáchila. La idea es que ellos entusiasmen a sus familias y amigos para que los visiten los fines de semana”.
Manuel Calazacón, guía del Museo Tsáchila, señaló que la experiencia de tener niños mestizos dentro de la comuna les ha permitido evaluar las fortalezas y debilidades que tiene la comuna en el campo turístico. “Debemos tener una mejor metodología para enseñar nuestro idioma”.